Esta es la primera pista de la adivinanza: no es Gürtel. Y no es que el Tribunal Superior de Justicia de Valencia haya archivado la causa abierta contra Camps y sus amigos por haber aceptado regalos de Orange Market. No. Ante la encuesta que publican algunos medios sobre quién es el presidente de la Junta de Andalucía hay que dar una primera pista: No es Gürtel.
No es de extrañar, pues, que tampoco sepa nadie quién es Gürtel, de donde viene la pista para orientar a quienes puedan confundir a uno con la otra, de donde saldría un galimatías imposible ya de desenmarañar.
Puede parecer excesivo, a estas alturas, tener que explicar quién es el presidente de la Junta, pero si tenemos en cuenta que los periódicos en general y la información política, en particular, no cuentan con un amplio seguimiento de la ciudadanía, entenderemos por qué Pipi Estrada es más conocido en su faceta de fantasma mujeriego que Griñán en la suya de dirigente político.
No digo yo que haya que abrir los periódicos con las fantasmadas del tal Pipi -friki donde los haya-, pero sí es necesaria una seria reflexión sobre la política, la prensa, la lectura informativa, el papel de los medios de comunicación y la propia actividad de los políticos.
Lee uno la portada de las ediciones digitales y entre los temas que aparecen no figura ninguno de los diez más leídos que el propio digital publica en un costado. O la gente no lee lo que eligen los editores, o los editores no destacan lo que la gente quiere leer. De ahí la crisis a la que está sometida la prensa actualmente.
También es una buena dosis de humildad aceptar que lleva uno toda la vida dedicado a la política, tratando de arreglar la sociedad, para que al final llegue la sociedad y ni siquiera te conozca. Nunca ha quedado tan clara la abnegación de la política. Por fin, y para que todo el mundo lo sepa, el presidente de la Junta de Andalucía es José Antonio Griñán.
