Cultura

“No estamos aquí para contar cosas, sino para cambiarlas”

Entrevista con Jesús Garrido, cofundador de Lagartija Producciones.

el 04 oct 2013 / 23:30 h.

Convencidos de que las grandes empresas se crean en épocas de grandes tormentas, Carlos Manuel Díaz y Jesús Garrido han alumbrado Lagartija Producciones, un proyecto multidisciplinar que en breve comenzará a mover una obra de teatro y que tiene en la recámara dos series de televisión y un largometraje. Garrido, trianero con alma pileña, defiende con vehemencia un mayor compromiso político con la cultura. Y para dar ejemplo, él y su equipo han dado un paso al frente arriesgando patrimonio y luchando para que esa verdad de la “riqueza cultural de Andalucía” sea bastante más que una simple frase hecha.

–¿Por qué apostar por la industria cultural andaluza en un momento en el que se vacía de contenidos la palabra cultura? –Los artistas estamos acostumbrados a vivir en crisis perenne, somos los animales más adaptados a ese entorno. Y, como ciertamente, estamos convencidos de que es en el ámbito de la cultura donde más talento puede aportar Andalucía, hemos decidido que las ganas de crear deben quedar por encima de una coyuntura económica. Así de claro.

–¿Qué diferencia a Lagartija Producciones de otras empresas análogas? –De antemano, esta es una productora andaluza compuesta por andaluces, Y todos los que estamos en ella aportamos las experiencias que hemos acumulado en nuestras respectivas emigraciones. Hemos decidido volver al Sur y defender una productora que asumirá riesgos en todos los ámbitos. Desde el teatro al cine pasando por la televisión.

–¿Se ha vestido ya de largo? –A finales de año estrenaremos la obra Encuentro en el parque peligroso, nuestra primera producción. Tenemos otros dos proyectos en preproducción, exactamente dos series y un largo. Como ve, de ambición vamos sobrados. Y no vamos a acudir a la administración en busca de ayudas, no por una cuestión ideológica, sino porque no es algo que hoy por hoy veamos prioritario.

–Otra constante que se han marcado como clave es tender la mano a los jóvenes. –Hay muchos artistas en Andalucía muy buenos que no tienen salida, que no reciben oportunidades. Con nosotros trabajan, por ejemplo, Ricardo Garrido(dibujante y diseñador) y Rafael Romero (fotógrafo), dos grandes que necesitan proyección. Unir en nuestras producciones a actores jóvenes con otros consagrados va a ser un leitmotiv de nuestra filosofía que cumpliremos con gran placer.

–Eso y saltar el telón. Quiero decir, difundir su trabajo en la red y dialogar con el público. –Así es. Para Encuentro en el parque peligroso vamos a probar la fórmula de crear en internet una especie de Estudio 1 para que la obra pueda seguirse en la red. Pero aún más importante para nosotros es nuestro deseo de mezclarnos con la gente. No vamos a ir a hacer funciones y punto.Queremos abrir debates, dialogar con colectivos, con asociaciones y plantear problemas y soluciones. Vittorio Gassmann decía que el teatro no está para contar cosas, sino para cambiarlas. Y Shakespeare hablaba del teatro como un parlamento público. Pues eso, eso es.

–Lo que lleva a pensar que Lagartija se centrará en obras de fuerte temática social... –Absolutamente. Pondremos delante de los espectadores a personajes con problemas. Otra cosa es que los envolvamos en un drama o en una comedia. Da igual. Pero queremos exponer conflictos, trasladarlos a la platea e instigar a que la gente se active. Ya que el arte es tan capaz de transmitir sentimientos, ¡vamos a explotar esto!

–Usted, que también ha estado vinculado con la política, ¿cree que la cultura en Andalucía ha tenido a los gestores adecuados? –Hablemos de futuro. Y en ese sentido querría que la persona que gobierna la cultura viniera de este mundo, no de otro, como pasa. Sería deseable que la cultura aumentase su presupuesto en el mundo en general en un cien por cien. Y no puede ser que la dotación económica de Defensa multiplique por diez la de cultura, eso carece de cualquier sentido.

–¿Por qué una lagartija? –Además de ser un animal muy andaluz tiene la peculiaridad de burlar al depredador desprendiéndose de la cola.Pues igual, nosotros soltaremos señuelos y seguiremos para adelante, dando que hablar.

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