Cofradías

«No veo la Custodia con costaleros; tendría un punto de espectáculo»

Monseñor Asenjo asegura tener la impresión de que las cofradías van comprendiendo su mensaje

el 10 mar 2011 / 20:04 h.

Asenjo llama a los sevillanos a propiciar un encuentro con Dios durantela Cuaresma.

-¿Esperaba que el decreto de las nazarenas alcanzara tanta repercusión mediática?
-Pues no esperaba tanta repercusión. En realidad, el asunto no tiene tantísima importancia, no es un aspecto decisivo en la vida de las hermandades o de la piedad popular en Sevilla y en Andalucía. Sí me ha sorprendido su repercusión, de carácter ciertamente nacional. Creo que era un tema que había que zanjar, se arrastraba desde hace tiempo y todas las cuaresmas había múltiples peticiones, recursos y apelaciones a la curia diocesana para que determinadas hermanas pudieran hacer las estaciones de penitencia y hemos creído que era el momento de zanjar definitivamente la cuestión.


-¿El decreto fue la única salida que le dejaron las hermandades?

-Pues yo estimo que sí, que no había otra. Me entrevisté con los cinco hermanos mayores afectados y ellos también lo querían. Considerando todo el episodio en su conjunto, yo no estoy descontento de las reacciones.


-¿Cree justificadas las críticas al tenor jurídico del texto?

-No las creo justificadas, más bien creo que el texto está muy bien elaborado por los técnicos, El Arzobispado, gracias a Dios, tiene unos canonistas eminentes, El texto, tanto en su aspecto literario como en su fundamentación técnica, sería convalidado por cualquier buen canonista.


-Hay una hermandad de la provincia, la del Santo Entierro de Dos Hermanas, que no se ha dado por aludida con este decreto. ¿Cómo van a actuar?

-He tenido noticias de la convocatoria de ese cabildo general extraordinario del día 18. Yo respetaré la decisión que el cabildo adopte. A mí me gustaría que imperara la sensatez, la racionalidad y también el espíritu de obediencia a la Iglesia por parte de los componentes de este cabildo general.


-¿Espera un recurso?

-Pues no lo sé, si yo me remito a mi conversación con el hermano mayor, no tendría por qué haber ese recurso.


-En virtud de la letra del decreto, ¿podrían solicitar las hermanas de una cofradía salir de costaleras, acólitas o armás?
-Ése no es un asunto que haya considerado el decreto. Es un asunto que tiene que resolver en sus Reglas y en sus reglamentos cada una de las hermandades.


-¿Cómo ha vivido los últimos acontecimientos, renuncia incluida de su hermano mayor, en la hermandad de la Resurrección?

-Bien, yo recibí en su momento al hermano mayor de la Resurrección. Él me traía un escrito en el que me aportaba un cúmulo de razones por las que creía que tenía que dejarlo. Yo le comprendí, entendí que, consideradas las razones, hacía bien en dimitir, y le pedí que eso no significara una desvinculación de la Iglesia y de la hermandad y que me considerara siempre amigo. Ahí no se planteaba una dimisión formal. La dimisión formal la planteó días después ante la delegación de Asuntos Jurídicos. Y bueno, esta delegación le ha admitido la dimisión. Entonces, en cumplimiento de las Reglas el teniente de hermano mayor ocupa su cargo.


-¿Su pronunciamiento sobre el carácter glorioso de la hermandad ha podido pesar en esta dimisión?

-Remotamente ha podido influir; próximamente estoy convencido, por lo que conozco, que no ha tenido nada que ver.


-¿Debería esta hermandad salir con nazarenos?
-En estos aspectos técnicos yo me pierdo. Lo que tengo meridianamente claro es que esta hermandad es una hermandad de gloria y que debe procesionar en la mañana de Pascua.


-¿El pregonero de este año, Fernando Cano-Romero, goza de su entera confianza?

-Bueno, él vino a verme y tuvimos un coloquio largo y muy cálido. Me pareció un hombre de mucha hondura espiritual, de mucha caridad cristiana y una persona muy apta para desempeñar este oficio precioso que es el de anunciar a Sevilla la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor. Yo desde luego le di con mucho agrado mi bendición y de alguna manera la missio, es decir, el envío para que pueda desarrollar esta tarea.


-¿Debería reservarse un cupo de las entradas del pregón para los sevillanos de a pie?
-No tengo opinión al respecto, porque no es una cuestión que pertenezca a la fe, las costumbres o a la moral. Es una cuestión opinable, y yo respeto las decisiones del Consejo.


-¿Y la idea de poner sillas fuera de la Carrera Oficial?
-Tampoco tengo opinión, lo veo en los medios, pero vuelvo a repetir que no entro en el estudio de la cuestión. Es un asunto que debe resolver el Consejo en diálogo con el Ayuntamiento.


-El Consistorio reservará las sillas para personas con movilidad reducida y ancianos...
-Bien, pues a mí me parece una buena idea.


-Como amante de la arquitectura. ¿Le gusta el proyecto de las setas?
-No lo conozco, prácticamente, porque siempre paso por allí en coche. No tengo autoridad moral para pronunciarme. En esos temas no quiero entrar porque quiero ser el obispo de todos, de aquéllos a los que les gustan las setas y de aquéllos a los que no les gustan.


-¿Qué va a pasar con el monumento a Juan Pablo II?
-A mí me gustaría que el monumento se erigiera. Juan Pablo II es uno de los más grandes pontífices en la historia de la Iglesia. Va a ser beatificado el día 1 de mayo en un acontecimiento de relieve mundial. Por otra parte, Sevilla ha tenido una relación histórica con Juan Pablo II y el Papa Juan Pablo II ha profesado un gran cariño a Sevilla. En más de una ocasión, ya en Roma, ha cantado las sevillanas del adiós. De manera que hay motivos más que sobrados para erigirle un monumento en Sevilla, máxime por cuanto la iniciativa procede de la sociedad civil y además se trata de una obra muy estimable del escultor Miñarro que también embellecería a Sevilla. A mí me gustaría que fuera en un sitio noble, emblemático, de mucho tránsito, puesto que Juan Pablo II fue un Papa muy cercano al pueblo. Ya he dicho en más de una ocasión que si las autoridades no acceden a esta pretensión, la Iglesia acogería en un espacio propio esta estatua que recordaría para siempre su figura.


-Tras año y medio como arzobispo titular, ¿tiene la impresión de que su mensaje ha calado en las cofradías?
-Bueno, pues sí tengo la impresión de que me van entendiendo. Puedo decir que las cofradías me acogen no sólo con respeto, sino con cariño y familiaridad. Me considero amigo de muchísimos cofrades y hermanos mayores; por supuesto de las autoridades del Consejo, con las que tengo un trato cercano, familiar y cálido. Estoy contento de este año y medio en que he ido entrando en contacto con las cofradías. Percibo que me van entendiendo, que van comprendiendo mi mensaje y para mí es una alegría constatar que en las hermandades hay muchísimas cosas buenas y dignas de destacar, que son a lo mejor el 80%. Quedan cosas que purificar o mejorar pero tenemos toda la vida por delante. Y si Dios me da salud tengo todavía 10 años de pontificado entre vosotros.


-¿Deben temer las cofradías que usted delegue su relación con ellas en la persona del obispo auxiliar?
-No hay motivos para el temor. Como arzobispo tengo la última responsabilidad en el gobierno pastoral de la diócesis, pero yo he pedido un obispo auxiliar con el que voy a estudiar todos los temas. No lo he pedido para convertirlo en una figura decorativa. Él va a tener un trabajo, una responsabilidad y un protagonismo. Quiero compartir con él el trabajo. Yo llevaré la representación ante las hermandades pero esto no obsta para que en muchas ocasiones pues sea él el que se haga presente cuando haya concurrencia de dos actos.


-¿Qué consejos le ha ofrecido a su nuevo auxiliar?
-El consejo fundamental y casi único es que sea como yo le he conocido siempre. Siendo como es, cercano, sencillo, humilde, luchador, trabajador... Tendrá el éxito asegurado.


-¿Para cuándo la Custodia del Corpus con costaleros?

-Es que... sería mezclar unas cosas con otras. Una cosa es la Semana Santa sevillana con sus peculiaridades y otra cosa es la procesión del Corpus, sobre la que tiene una responsabilidad inmediata el obispo y la Catedral. Yo no lo acabo de ver. Ciertamente, la tarea de los costaleros es hermosísima, es un honor el llevar sobre su cerviz la figura del Señor o de la Santísima Virgen, pero también tiene una pequeña connotación de espectáculo y yo no querría que eso se trasladara a la procesión. La procesión del Corpus es una cosa de otra índole. Ahí quien está presente no es una representación plástica del Señor o de la Virgen, sino que es el mismo Señor. Me gustaría que la procesión del Corpus se conserve con la piedad, la devoción y la unción religiosa con la que yo la he conocido en estos dos años.

 

"Me considero un sevillano más". Apenas año y medio de estancia en Sevilla ya con plenos galones al frente de la diócesis le han bastado a este seguntino para que su doctrina, más restrictiva que la de Carlos Amigo en cuestión de cofradías, haya calado hondo entre la grey cofradiera. Hasta se atreve a radiografiar el alma de los sevillanos: “No puedo sino hablar bien de los sevillanos. Yo la verdad pues vine con muchos miedos, primero por la magnitud de las diócesis, de la empresa que se me encomendaba, y luego pues también por alguna advertencia sobre Sevilla... un sitio difícil, un sitio complicado, especial... Bien yo no puedo sino hablar bien, fuera de algún episodio concreto que está ya en el baúl de los recuerdos. Me siento bien acogido, me siento querido. Los sevillanos sois muy espontáneos, muy simpáticos, muy abiertos. Y bueno yo he recibido muchísimas cartas de gente espontánea que no me conoce o me han conocido en una confirmación... A veces por la calle te paran, y te saludan y te animan y te alientan y te dicen ‘Bienvenido y adelante, que estamos contentos con usted’. Bien, no puedo sino hablar bien de los sevillanos. Me encanta la espontaneidad, la naturalidad y bueno, pues... quiero decir que ya me considero un sevillano más, sin ningún tipo de restricciones mentales ni de prejuicios”. 

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