El periodista Francisco Artacho debuta con una biografía de Mar Cambrollé, referente trans de Andalucía. / El CorreoTres noticias en una: el lanzamiento de un libro, el debut como escritor de su autor y el nacimiento de una nueva editorial. Dicho de otro modo: ya ha visto la luz Mar Cambrollé, una mujer de verdad, primer libro del periodista Francisco Artacho, y carta de presentación de La Calle, la primera editorial especializada en LGTB de Andalucía. Una biografía autorizada de este referente ineludible del movimiento de lesbianas y gays, y sobre todo de transexuales.«La vida de Mar es una historia de superación. De nacer en una corrala de vecinos en el Pumarejo, bautizado Francisco, a vivir en Las Letanías. Y transexual. De las Juventudes Obreras Cristianas a formar el Movimiento Homosexual de Acción Revolucionaria de Andalucía, que en 1978 salió por las calles de Sevilla pidiendo libertad sexual. Y Mar siempre en primera línea de la lucha», asevera. Pero el camino de esta mujer para llegar a ser una empresaria de éxito no fue fácil: «Primero su padre, que no quería tener un hijo marica. Después vivir 23 años pensando que era un hombre, un homosexual. Hasta que descubrió que era una mujer. Entonces las personas trans no tenían referentes, hasta que en los 80 Bibi Andersen salió en Interviú», explica Artacho. «También cuento su lucha contra la pobreza. Supo buscarse la vida con la prostitución, sin caer en las trampas que se llevaron a muchas por delante en los 80: los chulos, las drogas...»Sobre las ambiciones políticas de Cambrollé, el periodista afirma que «ya ha llegado lejos. Sin ella la ley integral de transexualidad de Andalucía no sería una realidad hoy. Y eso es política», subraya. «Dentro de un partido creo que no podría llegar muy lejos, porque sería incapaz de adaptarse a esas estructuras viciadas. Al PSOE, como a la inmensa mayoría de la sociedad, el tema de la transexualidad le pillaba de lejos. Al PP ya ni te cuento», recuerda. «En 1977 tampoco la izquierda más institucional era una ayuda. Para los grandes partidos era un tema incómodo. Desde el MHAR, el Movimiento Homosexual de Acción Revolucionaria, tuvieron que hacer un gran trabajo de concienciación».El libro rompe una lanza «por muchos padres y madres de menores trans, que están haciendo una lucha muy valiente y pionera. También los movimientos sociales. En los últimos diez años, solo los colectivos y autónomos, los situados en la izquierda social y no institucional, han abanderado, comprendiendo y reivindicando, que las personas trans no son enfermos mentales». El autor cree que en el libro «hay cosas que no van a gustar, como la crítica que hace Cambrollé a los colectivos LGTB, a los que reprocha no haber estado ahí, en su lucha. Tampoco sale muy bien parada la UTIG, la Unidad de Transexualidad e Identidad de Género, del hospital provincial de Málaga, la primera de España en atender oficialmente a personas trans. Su creación en 1999 supuso también una atención desde la patologización». «La despatologización», prosigue Artacho, recordando que lesbianas y gays fueron considerados oficialmente, por la OMS enfermos mentales hasta 1990, «es una tarea pendiente para el resto de España, y en Andalucía habrá que esperar a que la ley comience a ser efectiva».¿Cómo explicaría Artacho que la transexualidad es una condición tan respetable como cualquier otra a quienes siguen sin verlo claro? «Pues que los seres humanos, la humanidad, es algo mucho más rico y plural que lo que se pueda entender dentro del binomio hombre-mujer», comenta. «Nos volvemos locos en cuanto vemos a una persona que no nos encaja ni como hombre, ni como mujer. ¿Cómo hay que sentir, qué hay que hacer, cómo nos tenemos que mostrar para ser un hombre o una mujer?».
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