Economía

Novaindes cambia de dueño asfixiada por su abultada deuda

Se vende a un grupo inversor por un euro más la asunción del endeudamiento

el 13 oct 2009 / 21:23 h.

La familia empresarial sevillana San José ha vendido la empresa matriz de la inmobiliaria andaluza Novaindes , Estudios Taer Corporación, cuya gestión y la de los negocios hosteleros de aquélla quedan ahora bajo control de un grupo industrial cuyo nombre no fue revelado, aunque fuentes del sector indican que está vinculado al empresario Manuel Recio, quien fuera en su día consejero del Sevilla Fútbol Club en los tiempos de José María González de Caldas.

La operación se gestó a finales de septiembre y ya el nuevo propietario ha tomado las riendas de las sociedades, según confirmó ayer a este diario el hasta ahora consejero delegado de Novaindes, Raúl San José, y uno de los accionistas principales de Estudios Taer Corporación. Sobre quién es el nuevo dueño, se limitó a indicar que posee reconocida capacidad de gestión, tiene la voluntad de continuar "y capitalizar" a las sociedades, en especial a Novaindes, y ya se ha presentado ante la banca acreedora.

De hecho, la crisis económica, que ha paralizado la actividad inmobiliaria, y el elevado endeudamiento de la compañía sevillana han sido determinantes a la hora de vender una firma con cuatro décadas de historia y con una importante cartera de viviendas aún por terminar en Mairena del Aljarafe (las promociones de Metromar), Sevilla capital (La Florida y Novatriana), Ayamonte (Huelva), Málaga, Estepona y Madrid. Raúl San José estima que el nuevo grupo, con estos activos más el suelo disponible, sumará unas 3.000 casas.

Del único negocio del que la matriz de Novaindes no se ha desprendido es la constructora Dintel, mientras que la totalidad de la rama inmobiliaria pasa a manos del nuevo dueño, así como la de hostelería -varios spa, entre ellos el de Metromar, y un proyecto hotelero en Alicante- y la participación en sociedades de ocio del aeropuerto manchego Don Quijote.

Fuentes financieras señalaron que el comprador es un grupo inversor de Sevilla aunque con intereses en Madrid, y que ha pagado "un precio simbólico, un euro", a cambio de la asunción de toda la deuda del grupo. Este último extremo, el del endeudamiento, fue confirmado por San José, quien ha dado por concluida su relación con una inmobiliaria que, en su mejor año, el de 2007, llegó a alcanzar una facturación de 150 millones de euros. Sólo un año antes, 106 millones, con un beneficio neto (tras pagar impuestos) de casi 7 millones.

No obstante, tal crecimiento estuvo sustentado sobre un alto endeudamiento -común, por otra parte, a la mayoría de las empresas de ladrillo- y ya en ese año, aún en pleno boom inmobiliario, arrastraba créditos con las entidades financieras de 350 millones de euros (más de tres veces sus ingresos), de los que 277 millones eran préstamos a largo plazo.

Mientras, Estudios Taer Corporación registró en 2007 una cifra de negocio de 37,2 millones de euros y 3,2 millones de ganancias netas, con una deuda de 32 millones.
Este lastre con la banca es el que le ha pasado finalmente factura. Así, el hasta ahora consejero delegado de Novaindes precisa que son "muchísimos los activos" -su valor en suelos y promociones de viviendas superaría los 150 millones- que han ido a parar a bancos y cajas para saldar deudas. De 100 trabajadores en plantilla se ha pasado a 15.

En este contexto se encuadró la salida de Cajasol del accionariado, operación ejecutada hace ahora justo un año. Se trató, pues, de un intercambio de deuda por activos, y el 40% del capital que controlaba la entidad sevillana se lo repartieron entre los dos socios de la inmobiliaria, el presidente, Luis Castro Rodríguez (a través de la firma L.C.R. Asociados), y la familia sevillana San José.Novaindes tiene promociones tan conocidas en Sevilla como

En el centro. La Florida o Novatriana, ésta en Pagés del Corro. Según Raúl San José, en los últimos meses, y pese a la crisis, habían conseguido retomar algunas obras, pero ante la dureza de la situación se optó por vender la empresa. "Se quebró un proyecto de 40 años. Duele en el terreno personal y profesional", se lamentó. El empresario, ya desvinculado de Novaindes y de la matriz de ésta (la patrimonial Estudios Taer), espera salir a flote en la rama de construcción.

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