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Noventa mil ingleses lloraron su eliminación en Wembley

Inglaterra dijo adiós a la Eurocopa tras perder frente a Croacia en Wembley (2-3) en un partido que condensó la histeria vivida por el combinado de McClaren durante la fase de clasificación y en el que fue devorada por la urgencia que imprimió en un choque que le valía con empatar.

el 14 sep 2009 / 20:32 h.

Inglaterra dijo adiós a la Eurocopa tras perder frente a Croacia en Wembley (2-3) en un partido que condensó la histeria vivida por el combinado de McClaren durante la fase de clasificación y en el que fue devorada por la urgencia que imprimió en un choque que le valía con empatar.

Inglaterra acudió al choque aliviada por la derrota de Rusia en Israel -que despejó de manera significativa el panorama- pero afligida por el yugo de lo imperativo de su clasificación. "No hay excusas", había afirmado McClaren, seleccionador nacional.

Y bajo el paraguas de lo inevitable, el propio McClaren había decidido barrer de su portería al discutido Robinson para situar al joven de Scott Carson, de 22 años, prácticamente inédito.

Con estos antecedentes se llegó al minuto 8 del partido, el que vio el monumental error de Carson a un tiro de Niko Kranjcar. Diez segundos que resumieron la pequeña historia de la selección inglesa, demasiado dependientes de los errores de sus porteros. El disparo de Kranjcar era lejano y más bien flojo. Carson se confió, optó por una postura poco adecuada para recibir el balón, y éste pasó por delante de sus manos para alojarse, todavía más manso, en las mallas de su marco. Y así, llegó un escenario todavía peor, tras otra contra, y después de un terrible fallo de marcaje de cuatro defensas ingleses a la vez, con Lescott quieto y pidiendo con el brazo en alto el fuera de juego. Carson, perdido en medio de la tormenta, confió demasiado en el juez de línea y no hizo demasiado por detener a Olic. El fuera juego no era tal y el linier sueco acertó: 0-2 para los croatas.

McClaren reaccionó tras el descanso e introdujo a David Beckham por Shaun Wright-Phillips, uno de los pocos que se salvó de la quema en el primer acto, y a Defoe por Barry. Lampard marcó de penalti y apareció Beckham, el hombre de los 99 partidos con la selección. Suyo fue un balón perfecto para Crouch, que el delantero, enorme, controló con el pecho, al borde del área pequeña, y fusiló de volea con rabia el 2-2. Con 15 minutos para el final Croacia certificó la tragedia tras un gol de Mladen Patric. Carson rozó la gloria y la parada, pero su estirada no sirvió para evitar el 2-3.

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