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Nueve barrios están a las puertas de dejar de ser zonas vulnerables

Han pasado en una década de ser suburbios malditos de donde todos querían irse a barrios donde los vecinos viven orgullosos. Son los primeros resultados del antiguo plan de barrios de la Diputación de Sevilla, ahora conocido como plan de zonas vulnerables, que acaba de cumplir 10 años.

el 16 sep 2009 / 03:52 h.

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Han pasado en una década de ser suburbios malditos de donde todos querían irse a barrios donde los vecinos viven orgullosos. Son los primeros resultados del antiguo plan de barrios de la Diputación de Sevilla, ahora conocido como plan de zonas vulnerables, que acaba de cumplir 10 años.

Sus responsables están orgullosos sobre todo del caso de Nueva Sevilla, en Castilleja de la Cuesta, un conjunto de bloques de pisos, separado del casco urbano principal por la autopista A-49 (Sevilla-Huelva), en el que vive la mitad de la población de este municipio del Aljarafe.

Pero son otras ocho barriadas de la provincia de Sevilla, casi todas en el área metropolitana, las que ya están en condiciones de salir del programa, aunque ninguna está por ahora interesada en ello, según responsables del plan, en el que trabajan 37 especialistas. Su listado completo, en el cuadro situado bajo estas líneas. Manuel Huesca, técnico del plan durante sus ocho primeros años, explica que, sin este proyecto de regeneración social y urbanística, entornos como Nueva Sevilla o el Monumento, en San Juan de Aznalfarache, serían hoy auténticos guetos como el Polígono Sur de Sevilla.

"En la Gran Sevilla el trabajo en los barrios ha sido sobre todo de prevención", expone el ahora responsable de la Federación Andaluza de Inserción Social. "Pero esta forma de trabajar con los vecinos ha cortado tendencias que apuntaban muy mal", agrega. La virtud de esta forma de trabajar es que no adaptan los barrios a un esquema diseñado en un despacho, sino el plan a cada uno. "Las obras las deciden en parte los mismos vecinos, que trabajan en ellas, y defienden como leones lo que construyen", apunta. "Incluso con la Policía Local el trabajo no tiene nada que ver con la tarea represiva", apostilla.

¿Qué ha pasado para que las profecías más funestas hayan pasado de largo? En el caso del Monumento, la concejal de Bienestar Social, María Dolores Mogollo, cuenta que en esta década se arreglaron calles y viviendas y se dotó al barrio de equipamientos, como el parque de Osset. "Pero sobre todo han dejado a los vecinos opinar y decidir", dice.

De hecho, ya ha florecido un tejido social de asociaciones de vecinos, de padres de alumnos, de deportistas e incluso de amantes de la cultura, que antes no había. Hace una década las viviendas del barrio se caían porque no estaba claro que sus inquilinos pudieran hacerse con su propiedad (eran del Ministerio de Defensa, reacio a enajenarlas y a repararlas). Una vez logrados los primeros resultados no hay que dejar de regar ese tejido social. Y la edil del PSOE sabe de qué habla: otro barrio de San Juan de Aznalfarache, Santa Isabel, está sumido en la exclusión todavía.

Por su parte, la diputada provincial de Igualdad, Trinidad Argota, puntualiza que los resultados de proyectos como éste no se ven a corto plazo. "No es llegar y zampar, es un trabajo muy complejo, con avances y retrocesos, y en el que es muy importante, el primer objetivo, contar con la colaboración de los vecinos". También reconoce que la crisis golpea. "Pero no tenemos aún datos de que más que en otras partes, sino que son barrios que siempre, no desde hace seis meses, han tenido mucho paro, sobre todo femenino", aclara.

Este programa de la Diputación de Sevilla atiende hoy a 47 municipios de toda la provincia, con 47.000 beneficiarios directos. Las inversiones se elevan a 18 millones de euros (la mitad a cargo de la institución provincial).

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