Escuchando ayer hablar a Nuria Espert en el Teatro Lope de Vega, en la presentación de la obra La loba, parecía como si este trabajo fuera el más intenso y grave de toda su carrera. En todo caso no parece que vaya a dejar indiferente la encarnación por parte de la veterana actriz de una villana antológica, una mala de las que se fijan en la retina que, en el cine, popularizó la actriz Bette Davis en la película La loba que William Wyler dirigiera en 1941. Se trata de un proyecto largamente acariciado por su productor, Juanjo Seoane, que cristalizó cuando lo puso sobre la mesa del dramaturgo Gerardo Vera, quien se mostró tan entusiasmado por la empresa que decidió que esta obra significaría su despedida de la dirección del Centro Dramático Nacional de Madrid, como así fue. Pero ninguna sinergia hubiera fructiferado si Nuria Espert no hubiera dado el sí a meterse en la piel de un personaje que "desprecia" con todas sus fuerzas, pero al que es capaz de dar vida "con una convicción total, desde que salgo al escenario hasta que llego al camerino y reparo en lo vil que es".
Versionada por Ernesto Caballero y con vestuario de la figurinista Franca Squarciapino, ganadora de un Oscar por Cyrano de Bergerac, en el reparto están Hector Colomé, Carmen Conesa, Ricardo Joven, Paco Lahoz, Markos Marín, Jeannine Mestre, Víctor Valverde e Ilena Wilson, quienes ofrecerán cinco funciones desde hoy y hasta el domingo (a las 20.30 horas y a las 19.30 horas el último día, con un pase doble el sábado a las 18.00 y a las 22.00 horas) y con entradas que oscilan entre los cuatro y los 21 euros.
Espert señaló ayer durante la presentación que esta obra de la escritora estadounidense Lillian Hellman "necesita un reparto extraordinario bajo la batuta de un gran director" como es Gerardo Vera, que se pone al frente de un montaje "clásico con unos ojos super modernos", destacó la actriz, quien también se refirió a lo "oportuno" de un texto que "habla de esa especie de perversión que pone el poder del dinero por encima de todos los sentimientos y que es capaz de llegar a ese extremo en el que los seres humanos dejan de ser humanos". "Es un texto que está más vivo que nunca o tan vivo como siempre", añadió. La actriz aseguró además que toda la compañía "está ilusionada" por estar en el Lope de Vega, del que dijo "es uno de los teatros más apetecibles de todos los que hay en España, opinó.
“Mi personaje no es el de una psicópata, sí el de alguien que cruza todas las líneas rojas”
La obra habla de la ambición desmedida de una familia de comerciantes enriquecidos, los Hubbard, en los Estados Unidos de 1900, después de la Gran Guerra de Secesión, una historia en la que Nuria Espert interpreta el papel de Regina, quien “no es una psicópata pero es alguien que ha cruzado todas las líneas rojas, hasta ser capaz de llegar al asesinato”. Es un personaje al que “tengo la obligación de llenar de motivación, y aunque lo detesto, tengo las mismas metas, las mismas obsesiones y lucho por ella hasta el final”, explica la actriz, quien destacó ayer “la belleza formal extraordinaria del decorado”, donde la protagonista es una escalera que se erige en epicentro de la acción, “con las subidas y bajadas de los personajes por ella se está representando el perfil psicológico de cada uno de ellos”, matizó.
