Si alguien seguía sosteniendo que da igual quién esté de presidente en Estados Unidos pues hará la misma política internacional, el mensaje de ayer de Barack Obama habrá resuelto sus dudas. Después de tres décadas de enfrentamientos cruentos que acabaron con la inclusión de Irán entre los países del eje del mal que iba a combatir George Bush, Obama ofreció ayer un mensaje de concordia al pueblo iraní en una alocución dirigida al antiguo país persa. Obama reconoce las serias diferencias agrandadas en el tiempo, pero ofrece un periodo de diálogo a cambio de que el régimen de Ahmadineyad deje de proferir amenazas al mundo occidental. El Gobierno iraní exigió de inmediato algo más que buenas palabras, pero es justo el reconocimiento de que Obama está demostrando con hechos que se acabó la etapa del unilateralismo que tanto daño hizo a la imagen de Estados Unidos en el mundo.
