Deportes

Oliver presume de gestión y admite que "no hay empatía" con parte del consejo

El consejero deportivo del Betis, Luis Oliver, reconoce que "no hay empatía" dentro del consejo de administración, pero tiende la mano "a todos", incluido Lopera, "por el bien del Betis".

el 06 sep 2010 / 11:46 h.

Luis Oliver se sentó ayer delante de la prensa y durante más de media hora, que no es poco, desgranó el presente, el futuro y a ratos el pasado del club. De su larga comparecencia sobresalen sus abundantes llamamientos a la unidad, pero también su confesión de que "no hay empatía" con algunos de los actuales miembros del consejo de administración. Respondió de forma evasiva a la pregunta de si habrá cambios de consejeros a corto plazo, por cierto. También contó que el coste de la plantilla ha bajado a la mitad, de 24 a 12 millones de euros; desveló que el director deportivo es él mismo... y por supuesto habló del asunto que le trae a mal vivir desde que llegó al Betis: la intervención judicial de las acciones que él compró y que ahora no tiene. El navarro se mostró convencido de que "alguna vez" retornarán a las manos de Bitton Sport y confió en que la jueza Mercedes Alaya no ordene la intervención judicial del club. "Un Betis intervenido no subiría a Primera, eso lo aseguro", rubricó.

Lo primero que hizo Oliver fue resumir y presumir de los datos económicos y deportivos de su gestión. Según sus cuentas, ha invertido 3,3 millones, con 800.000 euros en comisiones que serán 100.000 más si el Betis asciende. Estos números sorprendieron sobremanera a uno de los administradores de las acciones de Farusa, Rafael Gordillo, que un par de horas después de esas palabras rememoró su única reunión con el empresario navarro y contradijo su versión: "Cuando yo hablé con él, Oliver decía que todos los fichajes eran de coste cero y con cero comisiones. Hoy ya son 800.000 euros", espetó.

Las cesiones de Nelson y Pavone también alimentaron la vanidad de Oliver, feliz porque el Betis "no paga ni una peseta" de la ficha de ambos y también porque la marcha del delantero a River Plate reporta 400.000 euros. El empresario aprovechó la oportunidad para propinar un disimulado palo a los anteriores rectores, responsables de las contrataciones de Salva Sevilla, Jorge Molina y Momo: "Fichar a los mejores jugadores de Segunda es sencillo, se puede hacer leyendo el Marca o el As. Lo más duro ha sido limpiar el vestuario de gente que sentía más la cartera que el escudo", se cebó.

Ya que hablaba de ventas y traspasos, se le preguntó quién era el director deportivo. "Nadie", respondió. Bueno, en realidad sí hay alguien: él mismo. "Yo asumí la dirección deportiva por delegación unánime del consejo. Para qué gastar dinero en un director deportivo. Tuvimos uno [Manuel Momparlet] que se gastó 70 millones de euros y bajamos a Segunda", añadió.

EL FUTURO DEL CONSEJO. Oliver analizó luego la situación del consejo de administración. Desde hace unos días se otean cambios, entre ellos el del presidente, y el consejero deportivo no lo desmintió al ser cuestionado por León y el vicepresidente Rufino González, defenestrado y expulsado en la última reunión. "Pepe León es el presidente, Rufino es consejero y nos tratamos con respeto y educación. Con algunos miembros del consejo no tenemos empatía y con otros sí. Esta semana o la próxima habrá una reunión y trataremos estos temas". Más a largo plazo, Oliver confió en formar un consejo con "gente de la oposición, gente que ha apoyado a Lopera y un presidente de caché, categoría y consenso".

Su relación con el consejo sirvió a Oliver de sustento para sus llamamientos a la unidad. "No conocía a nadie y no había empatía, pero nos unimos y limamos diferencias por el bien del Betis [...]. Aunque de eso a ir cogidos de la mano por la playa o ir a tomar copitas... así no nos vais a ver", bromeó. Fiel a su costumbre de dar la mano después de dar una bofetada, en esa unidad incluyó a Lopera no sin antes criticarlo. "Si tendemos la mano a los que nos injurian e insultan, ¿cómo no vamos a tender la mano a Lopera? Pero primero que nos den lo que legítimamente hemos comprado. Hemos pagado 1.500 millones de pesetas y no tenemos nada, pero alguien nos lo dará: la Audiencia, el Tribunal Supremo, La Haya...", matizó, en referencia a las acciones de Farusa.

En cuanto a la ley concursal, Oliver afirmó que los futbolistas "tienen asegurado el cobro íntegro de los salarios de este año". Para las temporadas anteriores "hay que hablar con ellos y negociar con los agentes", explicó. "Si los jugadores tuviesen problemas, no jugarían como están jugando ni meterían la pierna como la están metiendo", agregó el navarro, que por cierto no se cansa de despreciar a los futbolistas que ya no están: "Este equipo también va a perder, pero cuando lo haga no se irá de copitas, como el año pasado; se irá llorando", comentó.

NO AL ‘9'. Oliver volvió entonces al capítulo deportivo... para dejar en no muy buen lugar a su propio técnico. Pepe Mel quiere un delantero y su jefe se mostró en desacuerdo, diríase que con cierto desahogo: "A los entrenadores les gusta llorar para conseguir más, pero tenemos a Rubén Castro y Emana, porque donde Emana es más letal es a diez metros del área, y a Jorge Molina lo tendremos en tres semanas y a Jonathan Pereira en diciembre. Tendremos cuatro delanteros y traer otro podría distorsionar el buen ambiente. El Real Madrid, que tiene más presión, cuenta con tres delanteros". En todo caso, la esperanza es lo último que debe perder Mel: "Para mí no hace falta, pero si el entrenador me convence, igual traemos otro delantero", aclaró.

Así es Oliver. Dice lo que cuesta la plantilla sin hablar de salarios, pero revela cuánto ganan Nelson o Pavone, que ya no están. Da las gracias al consejo "por su apoyo en la confección del proyecto deportivo", pero admite su antipatía por algunos consejeros y critica sus "mentiras". Asegura que no quiere dar "pildorazos" a Lopera, pero anuncia "una rueda de prensa económica muy dura" dentro de un mes. Y denuncia las "tergiversaciones" de la prensa, pero se marcha repartiendo apretones de mano y palmadas en el hombro a diestro y siniestro.

  • 1