Aprobada la Directiva, llegaron las reacciones. Y no sólo de los partidos de izquierda, que siempre se han posicionado en contra de la nueva ley. Así, el comunista italiano Giusto Catania, que calificó el texto de "insulto" a los valores europeos, aseguró que 44 países de África y América Latina manifestaron sus reservas a los dirigentes europeos.
Uno de los más duro fue Uruguay, cuyo Senado rechazó por unanimidad la directiva de retorno de inmigrantes ilegales e instó a otros legislativos latinoamericanos a sumarse a esta reprobación. Además, invita a los Parlamentos y Gobiernos latinoamericanos a "tomar las medidas correspondientes desde el punto de vista del derecho internacional".
Y la respuesta no se ha hecho esperar. El presidente de Ecuador, Rafael Correa, anunció que se sumará a la causa para emprender acciones regionales en busca de apoyo contra la norma. Paraguay planteará en la cumbre de jefes de Estado del Mercosur, el próximo 1 de julio en Argentina, un pronunciamiento para rechazar la ley.
Y Bolivia, más prudente, afirmó que estudiará los alcances de la norma para ver cómo se va "enfrentar de manera legal". El vicecanciller Hugo Fernández, comentó en tono cauteloso que se debe ser "respetuoso" y no emitir calificativos contra ella pese días atrás el presidente del país, Evo Morales, envió una carta a la UE donde llamaba a la "directiva de la vergüenza".
Morales también planteó entonces la posibilidad de aplicar el visado a los ciudadanos europeos como una medida de reciprocidad, aunque el vicecanciller se mostró partidario de no tomar decisiones apresuradas.
En Argentina, la Madres de la Plaza de Mayo pidieron a la UE que reconsidere las "salvajes" y "discriminatorias" medidas del Parlamento Europeo sobre inmigración. "¿Qué hubiera pasado si en los años de las guerras, de las hambrunas del primer mundo, nuestros países les hubiesen cerrado las puertas?", desafiaron. En una misiva también dirigida a la UE recriminaron a los políticos europeos el haber "usado" a los inmigrantes "como mano de obra barata".
ONG de todo el mundo y la Confederación Europea de Sindicatos (CES) también cuestionan que algunas disposiciones de la norma sean contrarias a los derechos fundamentales. De hecho en la península, la plataforma que aúna los inmigrantes de Portugal advirtió que de la norma es "inhumana" y supone "un claro retroceso" político en la UE puesto que "criminaliza" a las personas.
Ya en España, una treintena de entidades y partidos políticos catalanes criticaron unánimemente y en este sentido la directiva. ICV alertó de la actitud del PSOE al dar su visto bueno a la directiva porque "da un giro a la derecha". Las federaciones madrileñas de UGT y CC.OO. consideraron "una barbaridad" la aprobación de la normativa.
Los famosos también firman en contra . Decenas de intelectuales y artistas europeos, incluidos los españoles Pedro Almodóvar, Penélope Cruz y Javier Bardem, han promovido una petición en la que solicitan al Parlamento Europeo que rechace la Directiva de retorno de inmigrantes pactada por los países que integran la Unión Europea. No es la primera vez que los artistas españoles entran en acción en la esfera política. En el 2003 dijeron no a la guerra de Irak. Y este año, se metieron en campaña para pedir votos a favor de Zapatero.
El miércoles emprendieron otra lucha: recogen firmas -ya cuentan más de 9.000- porque la nueva norma "reduce los estándares de protección de los derechos humanos" y pone en peligro el modelo social europeo. La petición en contra de la directiva, respaldada por el grupo de Izquierda Unitaria en el Parlamento Europeo, ha sido firmada también por escritores como Rosa Regàs y Luis García Montero; actores y actrices como Pilar Bardem, el Gran Wyoming y Mercedes Sampietro; músicos como el rockero Miguel Ríos y cineastas como Fernando Trueba.
Para reforzar este movimiento, el cantante hispano-francés Manu Chao aprovechó su presencia en Estrasburgo con motivo de un concierto para llegar en bicicleta a la sede del PE y protestar, junto a parte de su banda, por la que entonces sólo era una propuesta de directiva.
