Poco se esperaba de ella, pero Palin logró resurgir de sus cenizas y no defraudar a nadie. Tanto ella como Biden apelaron a la emotividad y hablaron de los temas conflictivos. Pese a que la candidata republicana sorprendió a los escépticos, el demócrata supo usar su experiencia y ganó el debate.
El campo republicano suspiró ayer aliviado tras el buen desempeño de su candidata a la Vicepresidencia de EEUU, Sarah Palin, en el debate contra el demócrata Joe Biden, aunque esto, según los expertos, no cambiará la dinámica electoral. La mayoría de los analistas dio a Biden como vencedor del cara a cara, gracias a su amplio conocimiento de los asuntos públicos, desde economía hasta política exterior, y su capacidad para improvisar y responder con tino a los argumentos de Palin.
Pero al mismo tiempo, la gobernadora de Alaska superó las bajas expectativas creadas en torno a ella y pareció recuperar la confianza en sí misma con el estilo coloquial que le ha servido bien en el pasado para conectar con el votante común. Los expertos preveían que una actuación de Palin tan mediocre como la demostrada en sus últimas entrevistas de televisión podría hundir aún más la campaña de McCain, que se ha quedado rezagado en las encuestas frente a Barack Obama.
La turbulencia extraordinaria en los mercados ha dejado a un segundo plano la política exterior y el énfasis en la integridad moral y la ética, que eran las áreas que daban ventaja a McCain, según los expertos. En este sentido, lo que los estadounidenses quieren ahora es competencia y una mano segura para sacarles del atolladero. Y, en lo que se refiere a la economía, Biden demostró en el debate que con sus 35 años de experiencia en el Senado está mucho más preparado que Palin. La republicana deberá decidir ahora cómo usar a la gobernadora, si se arriesga a encuentros con la prensa antes de los comicios o la mantiene como telonera en los mítines.
un final emotivo. Palin utilizó en el debate los elementos que le funcionaron tan bien cuando entró en campaña: su familia, el humor y un estilo de hablar tan coloquial que resultaba casi pueblerino. La gobernadora de Alaska se presentó una vez más como una madre común que podría ser la vecina de cualquiera.
Pero Biden también tenía armas con las que luchar y supo qué responder. El demócrata, que perdió a su primera mujer y a una hija en un accidente de tráfico en el que resultaron gravemente heridos sus dos hijos pequeños, le respondió con la misma moneda. "Yo sé lo que es criar a un hijo y no saber si va a llegar a mayor", dijo Biden tratando de contener las lágrimas.
