Andrés Palop, el pasado domingo en el estadio Vicente Calderón.
El capitán del Sevilla, Andrés Palop, agarró el toro por los cueros tras la derrota del domingo ante el Atlético de Madrid y el mismo lunes reunió a toda la plantilla durante 45 minutos para analizar la mala imagen mostrada en el Vicente Calderón y buscar soluciones para que no vuelva a ocurrir. El equipo se cae fuera de casa y los jugadores saben que están perdiendo demasiados puntos que costará recuperar para lograr plaza europea. El portero sevillista, además, mostró sus galones y ofreció una buena arenga a todos sus compañeros -siempre constructiva- para pedirles que esa actitud mostrada en el estadio Vicente Calderón no ocurra más. Durante la charla, en la que no estuvo Míchel, tomaron la palabra buena parte de los jugadores. El canterano Antonio Luna, que fue expulsado además por protestar al árbitro desde el banquillo, fue uno de los más vehementes ya que explicó a sus compañeros que la situación se arreglaría "echándole más huevos" a los partidos.
El jugador que desveló ayer públicamente esta reunión fue el centrocampista holandés Hedwiges Maduro. Durante el acto de presentación del nuevo Seat Toledo -empresa patrocinadora del club- el jugador reconoció que se había producido dicha reunión. "Ya hablamos el lunes todos los jugadores y queríamos cambiar cosas. Ayer vimos la demostración ante el Español y nos salió un partido completo".
La buena actitud que mostraron los jugadores el pasado miércoles contra el Espanyol dejó bien claro que, de momento, la actitud lejos de Nervión fue completamente distinta a la habitual. Sobre las palabras del presidente, José María del Nido, Maduro explicó que le parecieron bien. "Es una reacción lógica tras un mal partido nuestro".
