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‘Pandilleros’ hasta los 40

Baja la edad de ingreso en bandas y se alarga la permanencia.

el 09 mar 2010 / 20:18 h.

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Los campos de fútbol sirven de escaparate a agresiones y proclamas.

Partido Córdoba-Betis del 31 de enero, declarado de alto riesgo. Un grupo de seguidores béticos armados con botellas y bates amenazan a los transeúntes mientras gritan cánticos xenófobos. Una semana antes, el árbitro paró el encuentro Unión Estepona-Granada C.F. hasta que cesaran los gritos racistas en el campo. El pasado domingo, en el Betis-Rayo, varios vecinos alertaron al 112 alarmados por la presencia de una veintena de hinchas de estética skin que, armados con botellas y bates, se dirigían al estadio. Hubo 14 detenidos tras altercados con las Fuerzas de Seguridad. Los ultras de fútbol constituyen una de las tribus urbanas calificadas como violentas por la Policía, que alerta de que cada vez más los miembros de estas bandas ingresan más jóvenes, a los 13 ó 14 años, y permanecen más tiempo.


"Antes lo dejaban a los 21 años y ahora hay líderes ultra de 40, y hay muchos que llevan una vida normal durante la semana y son ultras de fin de semana", destaca el agente David Madrid (seudónimo), especialista en este tipo de bandas y autor del libro Tribus urbanas. Ritos, símbolos y costumbres, que estos días imparte cursos organizados por el Sindicato Unificado de Policía (SUP) en Málaga, Cádiz y Sevilla (del 15 al 18 de marzo) para enseñar a los agentes a identificar a estos grupos, su ideología y cuáles son violentos porque "no por pertenecer a una tribuna urbana se es violento". El SUP reclama la creación de grupos especializados en la persecución de estas tribus.


Madrid aglutina las tribus urbanas violentas en cinco grupos:  los skin-head (antifascistas o neonazis), que son "los más peligrosos"; los grupos antisistema;los ultras de fútbol;los bakalas, que "parecían desaparecidos pero han resurgido y suelen estar implicados en robos con violencia en discotecas y parking, tráfico de drogas y conducción bajo sus efectos";y las organizaciones latinas, que son las de más reciente aparición en España y cuentan con los miembros más jóvenes. Las gradas de los campos de fútbol se han convertido en "un filón" para estos grupos porque "es donde más publicidad logran. Es un círculo en el que se mezclan la política y las gradas. Los mismos que van a las manifestaciones van al estadio y a los conciertos de grupos con letras radicales o xenófobas", destaca David Madrid.En el caso de los equipos andaluces, la ideología y simbología de sus grupos ultra se reparte entre la izquierda radical de los Biris sevillistas o las Brigadas amarillas del Cádiz y el nacionalsocialismo de los Supporter béticos o el Frente boquerón del Málaga.No hay cifras oficiales pero el Ministerio de Interior calcula que entre 10.000 y 15.000 personas en España pertenecen a bandas. La implantación no sigue distintos patrones en cada comunidad, aunque algunas como los bakalas están más extendidas en el Levante y las bandas latinas allí donde hay más inmigración iberoamericana. En Andalucía, destaca la implantación del partido de ultraderecha España 2000 en Granada y del Movimiento Social Republicano en Málaga.Madrid sí destaca una tribu, no siempre violenta, "autóctona" de Sevilla que se ha extendido a otras provincias andaluzas: los canis, "jóvenes de poca cultura, estética chandalera, de la llamada generación ni-ni que ni estudian ni trabajan".

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