El Ayuntamiento de Jerez de la Frontera atraviesa una grave coyuntura económica porque cada año debe pagar 114 millones de euros de nóminas y sus ingresos totales son de 85 millones, una situación que, según la alcaldesa, Pilar Sánchez (PSOE), le obliga a adoptar una "economía de guerra".
Por ello, la alcaldesa ha pedido un adelanto de la Participación de Ingresos Estatales para pagar los sueldos de marzo a los 2.700 funcionarios municipales y despidió a 17 de sus 18 asesores. "La economía es de guerra, aquí no se gasta en nada, nadie viaja, nadie tiene gastos de protocolo", dijo la alcaldesa, que ha afirmado que su gestión ha sido "intachable" porque cuidan "el dinero al céntimo".
La regidora explicó que el cese de asesores es "un gesto" y "un sacrificio" más que una solución al problema de una plantilla de funcionarios "sobredimensionada", y aclaró que heredó esta situación porque con gobiernos anteriores "mucha gente se coló por la gatera". Con este "gesto" pretende también zanjar las críticas que recibió por contratar a sus asesores y, especialmente, por nombrar a su marido, Juan Carlos Jiménez, jefe del gabinete de la Alcaldía.
El presidente de la Federación Andaluza de Municipios y Provincias (FAM), Francisco Toscano, expresó ayer su respecto a la decisión del Ayuntamiento de Jerez de pedir al Estado un anticipo en la participación de los ingresos de 1.500.000 euros.
