Cultura

Plúmbeo clasicismo

el 19 nov 2010 / 19:56 h.

Una exigencia (no compartida) de parte de la crítica pasa desde antaño porque la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla (ROSS) aborde con mayor asiduidad el clasicismo. Sin embargo, más allá de lo que de entrenamiento y perfeccionamiento supone interpretarlo para una formación orquestal, sus resultados, ni en el mejor de los casos, pueden rivalizar con el sonido que hoy pueden entregar los conjuntos que tocan con instrumentos de época.

Con Haydn y Mozart en los atriles, la ROSS confió en un director bien documentado en este repertorio, el inglés Howard Griffiths, para llevar a cabo el reto. Y lo solventó de manera harto irregular. No aligeró la cuerda, no supo hacerle ver al concertino Eric Crambes que la Sinfonía Concertante no es un concierto para violín y el sonido del chelo de Dirk Vanhuyse se perdió en un robusto y fuera de estilo Haydn.

No mejoró el programa con el Concierto N.24 de Mozart que contó con el pianismo anodino e inexpresivo de Michel Dalberto, por más que bien ejecutado, yermo de interés. Lo más interesante vino de la Segunda Sinfonía de Beethoven, ligera y rotunda pero tocada sin brillantez, como al salir del paso.

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