Cultura

«Podemos es revanchismo, pero lo que necesitamos es regeneracionismo»

Entrevista a Juan Manuel de Prada, escritor. Su figura y su obra es mirada con lupa y lo achaca a su rebeldía y a su filiación católica. Ahora regresa con Morir bajo tu cielo (Espasa).

el 01 nov 2014 / 12:00 h.

TAGS:

El escritor Juan Manuel de Prada. / El Correo El escritor Juan Manuel de Prada. / El Correo Juan Manuel de Prada (Vizcaya, 1970) llevaba dos años sin sacar novela. Ahora regresa con Morir bajo tu cielo (Espasa), sobre los últimos soldados que lucharon por la bandera española en Filipinas como héroes de una época decisiva en nuestra Historia. Es, en definitiva, la historia de los últimos de Filipinas. Autor de novelas tan celebradas como Las máscaras del héroe, La tempestad o La vida invisible, Juan Manuel Prada sabe que su figura y su obra es mirada con lupa. Lo achaca a su rebeldía y a su filiación católica, pero lo cierto es que nada impide que siga escribiendo. ¿Es este el comienzo de unos Episodios Nacionales? No lo sé. La concepción general de la obra sí es esa, pero la crisis del mercado editorial no permite proyectos tan ambiciosos, de toda una vida. Lo fundamental al final será el apoyo del público. Luis Alberto de Cuenca habla de esta novela como Episodio «a lo bestia». ¿Piensa usted así? Se refería al grosor y a la concepción de la novela, que mezcla muchos géneros, folletín, épica, componentes románticos, políticos, aventuras... Sí, trata de ser total. Usted la presentó como novela de «afirmación patriótica». ¿Se tambalea la patria? Creo que los españoles nos avergonzamos de serlo, de forma declarada o tácita, y nos hemos resignado a que nos pinten como un país atrasado, con todos los clichés de leyenda negra que nos acompañan. Esta novela admite que sí, tendremos taras, pero también cosas de las que enorgullecernos. La cultura de asunción de la inferioridad que tenemos explica muchas cosas, desde el pesimismo y el derrotismo del 98 hasta hoy. Un personaje de su novela, el holandés Rutger Van den Houten, encarna a una Europa que no invita nada al europeísmo... No se puede entender ni la emancipación de las repúblicas americanas ni el desastre del 98 sin la intervención europea. Pretender presentar estos fenómenos como si los nativos del Perú o Cuba se hubieran levantado un buen día diciendo «España nos oprime» es absurdo. Todo fue una infiltración ideológica procedente de Francia, Inglaterra, Estados Unidos y otras potencias menores como Holanda, que querían que España se debilitara. Y me parecía fundamental reflejarlo en esta historia. Habrá quien piense que en Filipinas los héroes no fueron los españoles, sino los nativos que se rebelaron contra la metrópoli, ¿no? Yo creo que mantener una colonia es lo más vil del mundo. Pero España nunca tuvo colonias, porque los habitantes de las tierras americanas tuvieron siempre el mismo estatuto jurídico que un señor de Cuenca o Albacete. Fueron súbditos con los mismos derechos y obligaciones. España fundó universidades en todos los territorios de ultramar. ¿Que se cometerían abusos diversos? Sin duda, pero también se cometían brutalidades en Sevilla. En Indonesia, en esa época, los nativos tenían prohibido el acceso a la educación y los matrimonios mixtos... ¿Por qué siempre parecemos añorar a Cuba y Puerto Rico, y casi nunca a Filipinas? La implicación popular fue mucho menor en el caso filipino, es cierto. Era un territorio muy diferente, más accidentado con menos reservas minerales, y además los gobiernos se encargaron de hacer concesiones administrativas a ingleses y franceses, de ahí que no lo sintamos quizá tan propio. Por otra parte, Filipinas fue conquistada por los frailes, sin pegar un solo tiro. Eso significa que la administración española estuvo circunscrita a lo muy elemental. Salvo los que iban a la escuela, la población normal campesina no llegó nunca a tener un conocimiento profundo del español. Luego llegarían los americanos, y Filipinas pasaría a ser casi yanqui... La hispano-filipina, ¿fue una guerra de fusiles o de ideas? Sobre todo de ideas. Porque fue, si puede decirse, una guerra de baja intensidad. no fue nada sangrienta en comparación con la americano-filipina. Lo importante fueron las ideas, y evidentemente Europa como concepto anticatólico, antiespañol, que veía en España a su mayor enemigo, logró infiltrar a través de la masonería ideas contra nuestro país. No entre el pueblo llano, claro, sino entre sus élites. Alguna vez le he oído quejarse de que la cultureta española le mira mal, cuando usted estuvo tan mimado en sus inicios. ¿Qué pasó? Básicamente, tengo una visión del mundo antisistema, antiliberal y antisocialdemócrata, que son los polos del consenso ideológico actual. Es una cuestión política en sentido extenso, que tiene que ver con la cuestión religiosa. ¿Le odian por católico? Chesterton decía: lo bueno del catolicismo es que te libra de la degradante esclavitud de ser de tu época. Las ideologías son herejías del cristianismo que toman el mensaje evangélico y se quedan con el trozo que les gusta. Todo está ideologizado, hasta ser de un equipo u otro. ¿Se ve cerca de Podemos? Pablo Iglesias es un falso mesías, pero la reacción de la gente es natural. La gente está rabiosa y él promete jarabe de palo, y yo lo entiendo. Pero tiene un mensaje revanchista, cuando lo que necesita España es regeneracionismo. En la novela, liberales y conservadores montan un régimen falso que deja fuera a mucha gente, y cabrea. El bipartidismo es una doble oligarquía. ¿Elementos podridos? Y una polla, latrocinio institucionalizado. Solo representan a sus intereses personales o de grupo.

  • 1