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Por favor, tranquilidad

Así no vamos a ninguna parte, o a lo peor, hacia donde nadie quisiera. Es inconcebible que a dos abuelos les faltara nada para liarse a leches a las puertas del Ayuntamiento de Sevilla.

el 14 sep 2009 / 21:10 h.

Así no vamos a ninguna parte, o a lo peor, hacia donde nadie quisiera. Es inconcebible que a dos abuelos les faltara nada para liarse a leches a las puertas del Ayuntamiento de Sevilla con motivo de la concentración convocada para condenar el último asesinato de ETA. Ocurrió ayer, y no me gustaría acostumbrarme a estos episodios. Y, como ciudadanos, tenemos que hacer un llamamiento no sólo a la clase política, sino a toda la sociedad, para que recuperemos la concordia y el respeto mutuo, aquel que nos lanzó, gracias a nuestra Constitución, hacia el mejor periodo de nuestro país en una democracia, el más prospero y el más sosegado. La calle tiene que seguir siendo eso, calle, el espacio de todos, y no el lugar escogido por dos bandos para insultarse. Y, por cierto, ¿por qué ningún miembro del equipo municipal estuvo en la concentración? Con uno sólo hubiera bastado en representación del resto. Pero ni eso. No se qué había más importante a esa hora en Sevilla.

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