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¿Por qué al Betis le faltan tanto al respeto?

Vaya por delante que el Betis volvió a atragantarse con su fútbol, que sigue a años luz de aquel equipo que tanto y tan bien hizo en la primera vuelta y que Iriney metió la pata, pero una vez hecha la salvedad hay que decirlo muy alto y muy claro: el equipo más importante de esta Segunda División es ninguneado y vejado por los árbitros. Es decir, por la Federación.

el 03 mar 2011 / 22:51 h.

Rubén Castro protesta una falta a Hernández Hernández.

El Betis no es ni el Barcelona ni el Real Madrid de Segunda. No hace falta que lo sea para que los árbitros le regalen penaltis que no son y goles que no valen. No hace falta porque a los árbitros se les presupone una premisa fundamental: su misión es impartir justicia y ser ecuánimes. Y da igual que el partido sea entre un club con miles de millones de euros de presupuesto y otro con dificultades para llegar a fin de mes. Así es en teoría la justicia, virtud cardinal y “principio moral que lleva a dar a cada uno lo que le corresponde o pertenece”, según la definición que de ella hace el diccionario.

Al Betis le correspondieron en Ponferrada un mano a mano de Ezequiel con el portero, un penalti por manos voluntarias de un defensa y un gol de Jorge Molina. Lo justo es que el árbitro hubiese hecho bien su trabajo en al menos una de esas acciones, que tampoco es pedir tanto, y que el Betis regresase del Bierzo con tres puntos en lugar de uno. Pero no. Si su incompetencia estuvo acompañada de alevosía y nocturnidad, él sabrá. A los árbitros se les presupone también la condición de humanos, y por eso yerran, pero claro, también se les presupone imparcialidad...

El Betis no es el Barcelona ni el Real Madrid, es el Real Betis Balompié y tiene 103 años y medio de vida, cientos de miles de aficionados y bastante más historial que los otros veintiún equipos de Segunda juntos. No significa eso que los árbitros deban pitarle a favor a costa de pitar en contra de sus rivales, por supuesto que no, pero sí hace más sangrante que lo maltraten como si fuese un cualquiera, que le roben en el campo de la Ponferradina y que le hayan anulado cuatro goles legales en las siete últimas jornadas. Los árbitros, la Federación en definitiva, son injustos y faltan al respeto al Betis desde hace años y la desvergüenza continúa, aunque ahora esté Gordillo y no Lopera. ¿Por qué? Lo suyo sería que lo explicase Ángel María Villar, pero hablamos de un hombre que es incapaz de pronunciar bien esa complicadísima palabra que es ‘fútbol’, así que...

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