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Por una Feria transparente

El traslado de la Feria de Abril al Charco de la Pava fue presentado hace años por el gobierno local como una necesidad. Desde el consistorio se reiteraba que la Feria se había quedado pequeña: "Le han saltado las costuras", llegó a decir el alcalde a pocas fechas de las elecciones de 2003.

el 15 sep 2009 / 02:08 h.

El traslado de la Feria de Abril al Charco de la Pava fue presentado hace años por el gobierno local como una necesidad. Desde el consistorio se reiteraba que la Feria se había quedado pequeña: "Le han saltado las costuras", llegó a decir el alcalde a pocas fechas de las elecciones de 2003. Aquella decisión no era en absoluto polémica porque los cuatro grupos municipales que entonces cohabitaban en la Plaza Nueva estaban de acuerdo. Incluso la entonces edil de Fiestas Mayores, la andalucista Paola Vivancos, alertaba de que era necesario moverla sin que se convirtiera "en Disneyland", en alusión a las proporciones. Se puso como horizonte 2008. Luego, 2010 Hoy, las cosas han cambiado. Desde el consistorio ya no se percibe el traslado como una necesidad sino, más bien, como una delicada tarea que puede aportar muchos más inconvenientes que réditos políticos. Las medidas implementadas en el Real en los últimos años como la alternancia de los coches de caballos que han oxigenado el recinto, unido a la menor afluencia de público en días laborables, ha contribuido a alejar la urgencia. El litigio con el Estado por la titularidad de los terrenos, la previsión de medio plazo para el nuevo campus universitario y la mudanza del proyecto de la ciudad de la justicia al Puerto, han contribuido a quitar presión sobre el suelo. Además, el ayuntamiento no podrá disponer del Charco de la Pava hasta que la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir no construya el parque de ribera previsto, donde habrá que adaptar una feria que no pierda en el nuevo recinto la estética de la anterior. El gobierno local tiene sus razones para posponer el traslado, pero debe explicarlas con detalle y transparencia. Si no lo hace, volverá a caer en los mismos errores que le han costado un disgusto tras otro en los grandes proyectos de ciudad que han tenido en la falta de comunicación su asignatura pendiente.

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