Los atentados del pasado lunes en el metro de Moscú perpetrados por dos suicidas han puesto de manifiesto la alta participación de mujeres en actos terroristas.
Las kamikazes de Rusia fueron identificadas como Dzhennet Abdurajmánova, de 17 años y oriunda de la república caucásica de Daguestán, y Marja Ustarjánova, chechena de 20 años, ambas viudas de guerrilleros islámicos del Cáucaso. Los ataques ejecutados por mujeres kamikazes no son nada nuevo, según recoge el análisis de los atentados suicidas femeninos elaborado por Pedro Baños para el Real Instituto Elcano.
El primero cometido por una mujer en los tiempos modernos se produjo el 9 de abril de 1985, una joven libanesa de 17 años y miembro del Partido Nacional Socialista Sirio, Khyadali Sana'a Mehaidali, quien hizo detonar un camión con explosivos contra un convoy del Ejército israelí. Como consecuencia de este acto suicida, además de la menor, murieron dos soldados hebreos y otros dos resultaron heridos. A partir de este momento el número de atentados de estas características no ha cesado. Baños tiene contabilizados 81 hasta el 13 de febrero de 2009, aunque en este recuento sólo se recogen los de mayor repercusión mediática y en los que las suicidas cumplieron su objetivo. Y es que, aunque ahora se haya empezado a hablar de las mujeres kamikazes por los atentados en la capital rusa, en el que perecieron 40 personas, este tipo de ataques son habituales en un buen puñado de lugares, como Líbano, Palestina, Chechenia, Sri Lanka, Kurdistán o Irak.
Hizbulá en el Líbano fue el pionero en utilizar a las mujeres en actos suicidas, pero en el año 2000 cesaron con la retirada de los israelíes. En Palestina, el primer grupo en incluir a una kamikaze fue Al Fatah, seguido por la Yyhad Islámica y más tarde por Hamás. Según este experto del Instituto Elcano, las mujeres eligieron esta forma de martirio presionadas por su familia tras perder en combate a un hermano o a su marido.
En Chechenia hay dos tipos de mujeres terroristas: las viudas negras -se hacen suicidas tras morir su pareja-, son a las que se les atribuye el atentado de Moscú, y las zombi -son forzadas o engañadas para convertirse en terroristas-.
Sri Lanka es donde actúan los Tigres Tamiles, uno de los pocos grupos terroristas que tiene institucionalizado el suicidio como forma habitual de enfrentamiento. Mientras que en el Kurdistán las mujeres suicidas ganan por una gran diferencia a los hombres. De los 15 ataques cometidos por el Partido del Kurdistán (PKK) desde 1996, 11 fueron ejecutados por mujeres.
Irak, un hervidero de violencia desde la guerra, está sufriendo una oleada de ataques suicidas, muchos de ellos protagonizados por mujeres, cuyo perfil es el de una chica de entre 15 y 35 años, normalmente soltera, de un nivel bajo o muy bajo que las hace muy manipulables. Suelen ser fanáticas que han perdido a un miembro masculino de su familia y que captarlas es sencillo. El 21 de enero de 2009 fue detenida Samira Ahmed Jassim, conocida como la madre de los creyentes, como sospechosa de haber reclutado a más de 80 mujeres suicidas. Se estima que 28 de sus kamikazes lograron su objetivo de asesinar.
