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Que las empresas tomen nota

¿Existe alguna relación entre una empresa y una orquesta? Eso es lo que un maestro de escuela de negocios intentó demostrar en una conferencia-concierto que pronunció el miércoles en el colegio Altair de Sevilla.

el 15 sep 2009 / 01:16 h.

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Elena Rodríguez

¿Existe alguna relación entre una empresa y una orquesta? Eso es lo que un maestro de escuela de negocios intentó demostrar en una conferencia-concierto que pronunció el miércoles en el colegio Altair de Sevilla.

Asistió a un concierto de una orquesta sinfónica para disfrutar de un agradable rato de entretenimiento y salió con la sensación de haber encontrado las respuestas para llevar a cabo una buena dirección de empresa. Esto es lo que le ocurrió a Manuel María Camacho, profesor de escuela de negocios y socio de una consultoría.

Con el lema Menos gurús y más Mozart, esta mente empresarial intentó transmitir el pasado miércoles el paralelismo entre la música y la dirección de empresas mediante una conferencia-concierto que tuvo lugar en este colegio sevillano, en el marco de una serie de actos que el centro ha organizado con el fin de obtener donaciones particulares para acometer proyectos de mejoras.

"¿Por qué nos complicamos tanto las cosas?", fue la pregunta que se hizo a sí mismo Manuel Camacho cuando todos los asistentes de aquel concierto disfrutaban con la interpretación de la obra mientras que él visualizaba "un grupo humano sincronizado y en perfecto funcionamiento". De esta original visión del mundo empresarial surgió la idea de esta conferencia, una iniciativa dirigida a empresarios a los que con la música de un cuarteto de cuerda de la Orquesta Sinfónica -formado por dos violines, una viola y un violonchelo- se les ofreció una serie de pautas para conseguir el éxito en sus respectivos negocios.

Manuel Camacho aseguró, con los acordes del cuarteto como hilo conductor en la conferencia, que "las cosas son más sencillas de lo que parecen", pues al igual que ninguna orquesta da un concierto sin partitura, las empresas deben tener un plan de trabajo.

Los empresarios deben "coger la batuta" y, además de definir la función de cada empleado, deben hacerla pública a toda la plantilla, para que todas las responsabilidades queden cubiertas, al igual que un director reparte las partituras a todos los músicos de la orquesta. Seguir estas y otras pautas como los ensayos periódicos y la no improvisación, contribuirán a que el grupo empresarial entone a coro una perfecta armonía.

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