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¿Quién ha visto un burka en España?

El Senado se une a Barcelona, Tarragona, Lleida, El Vendrell, Hospitalet, Manresa -en Cataluña- y Coín -en Andalucía- al vetar el uso de los velos integrales en los espacios públicos.

el 26 jun 2010 / 18:40 h.

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Imagen de una mujer ataviada con el 'burka'

El debate sobre el uso de velos integrales (el burka o el niqab) se había limitado hasta ahora a corporaciones locales, pero el miércoles irrumpió de lleno en el Senado con la aprobación de una moción del PP -apoyada por CiU y UPN- a favor de su prohibición en espacios públicos.


Pero ¿quién ha visto un burka en España?, se preguntan algunos expertos consultados por Efe, que apuntan la desproporción que existe entre el debate social y mediático que ha generado la utilización de esa prenda y el "escasísimo" número de personas que se verían afectadas por su prohibición. Advierten por lo tanto de que se trata de un debate "artificial" y de que no existe ni deman- da ni conflicto social que justifique su regulación en España, pe- ro no dudan tampoco en criticar su uso y el reconocimiento implícito de la sumisión de la mu- jer al hombre que supone su uso.


La antropóloga Yolanda Aixelá, investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), advierte además de que este debate está contribuyendo a dar voz y visibilidad a un grupo muy minoritario en España, de que puede provocar un aumento de la "islamofobia" y de que está perjudicando "muy seriamente" a las pocas mujeres que visten el burka o el niqab. En España viven actualmente un millón de musulmanes de los cuales algo menos de la mitad son mujeres.


Aixelá es científica titular en el instituto del CSIC Milá y Fontanals, una institución especializada en el estudio y la investigación antropológica. Aixelá coincide con otros especialistas en que se trata de un debate "artificial" que no tiene ninguna justificación social, y lamenta además que un asunto "tan complejo" en otros países pretenda resolverse en España sin profundizar en el conocimiento antropológico y cultural del mismo.


el velo y el corán. Durante el último lustro ha cobrado auge en Europa el debate sobre el uso del velo islámico, según esta investigadora, que mantiene que de esa manera, a través del velo de las mujeres, se visualiza el Islam y su presencia en las sociedades. Pero el burka (que cubre todo el cuerpo de la mujer y le permite ver a través de una rendija) y el niqab (que sólo deja los ojos al descubierto) son minoritarios en España, según Aixelá, que ha observado además que esas prendas carecen de legitimidad desde el punto de vista islámico y de la lectura literal del Corán. Mantiene que estos velos integrales son símbolos culturales, y no religiosos, y que la relación de los mismos con la religión y el Islam es un fenómeno "muy reciente".


No hay color político en las iniciativas que se han debatido hasta ahora, la mayor parte de ellas en corporaciones catalanes -Barcelona, Tarragona, Lleida, El Vendrell, Hospitalet y Manresa lo han aprobado; en Reus y Girona fracasó mientras que Tàrrega, Cervera, Vic y Cunit aún no han llevado a pleno el debate-, y los mismos partidos han votado de forma diferente en distintas ciudades o pueblos; y a ellas se han sumado otros ayuntamientos, como el de Coín (Málaga), una población de 22.000 habitantes.


Para Carlos Soler, profesor en la Facultad de Derecho Canónico de la Universidad de Navarra, el conflicto es en España inexistente, aunque sí observa que se produce una contraposición de problemas y de derechos: el derecho a la igualdad entre hombres y mujeres y el derecho a la libertad religiosa o a las propias convicciones. Se trata de dilucidar cuál de los dos debe prevalecer.


Mohamed Escudero, coordinador del Centro de Información de la Junta Islámica, cree también que se trata de un problema "inexistente", y aunque es partidario de que su uso no se extienda en España tampoco es partidario de regular la utilización de una prenda que a su juicio en España "no utilizan más mujeres de las que se pueden contar con los dedos".


La senadora del PP Alicia Sánchez-Camacho, promotora de la iniciativa que se debatió el pasado miércoles en la Cámara Alta, considera en su iniciativa que el uso de esta prenda es "discriminatorio, lesivo y contrario" a la dignidad de las mujeres y a la igualdad real y efectiva con los hombres. Coincide la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, en que el burka "atenta claramente contra la igualdad, la libertad y la dignidad de las mujeres", pero advierte de que se trata de un problema muy complejo y de la importancia de abordarlo con sosiego para darle una regulación "equilibrada y proporcional". El profesor Carlos Soler insiste y es tajante: "No existe un fenómeno social suficiente en España que haya justificado este debate".
No obstante, todo parece indicar que en España este debate no ha hecho más que arrancar.

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