El presidente del Gobierno seguirá la tradición que inició Felipe González: Mariano Rajoy viaja Marruecos en su primera salida al extranjero en visita oficial. Durante su estancia en Rabat, Rajoy se entrevistará con el jefe del Gobierno marroquí, el islamista moderado Abdelilá Benkirane, quien le ofrecerá un almuerzo, y será recibido por el rey, Mohamed VI.
El Gobierno español considera al reino alauí “un socio importante”, parte además de un área “fundamental” para España país como el Mediterráneo, señalan fuentes de Moncloa. Asimismo, Marruecos comparte con España la llave del Estrecho de Gibraltar y la monarquía se ha modernizado tras el tremor de la Primavera Árabe. De hecho es la primera vez que los islamistas alcanzan el poder y para España –y Europa– resulta crucial el experimento de la moderación de los fundamentalistas.
Por no hablar del importante intercambio comercial entre dos vecinos o las tensiones en torno a los territorios españoles (y exespañoles como el Sáhara Occidental) de África.
La visita persigue servir de toma de contacto entre ambos gobiernos recién elegidos –Marruecos celebró elecciones legislativas el 25 de noviembre– con vistas a preparar la próxima cumbre bilateral, prevista para el verano próximo.
Antes debería dar tiempo para que los ministros de Exteriores, Interior y Agricultura de ambos países se visitaran entre sí. De cara a esa próxima cumbre bilateral, España concede también una gran importancia al aumento de los flujos comerciales, de inversión y de turismo.
Entre los temas que previsiblemente abordará Rajoy en esta visita con sus interlocutores marroquíes figura la suspensión del acuerdo pesquero entre la UE y Marruecos y la próxima ratificación por el Parlamento Europeo del nuevo acuerdo agrícola entre la UE y el reino norteafricano, que rechaza el sector agrario español al verse perjudicado. El Gobierno pedirá más controles a los productos marroquíes que entren en la Unión Europea.
La Eurocámara dejó en suspenso el acuerdo de pesca con Marruecos ante las dudas de que se estuvieran sobreexplotando los recursos y vulnerando los derechos humanos los saharauis.
España se sitúa al lado de Marruecos al defender, junto con Francia y Portugal, que el nuevo acuerdo de pesca que la UE negocie con el reino alauí no haga referencias explícita a la “administración de facto del Sáhara Occidental” por parte de Marruecos, como propone Bruselas. Y es que el veto de la Eurocámara ha afectado a 64 barcos españoles y el Gobierno cifra en unos 15 ó 16 millones de euros las ayudas que necesitará el sector.
