Rakitic, disputando un balón con Messi.
El estadio Ramón Sánchez-Pizjuán será testigo, este lunes, de uno de esos días que no agradan a la afición, uno de esos días en los que un jugador emblemático abandona la entidad para fichar por un club de superior potencial deportivo y económico. Ivan Rakitic dice adiós al Sevilla y a su afición tras más de tres años en la casa. Llegó siendo un jugador prácticamente desconocido para el gran público y se marcha con la consideración de ser una de las estrellas del fútbol europeo y ese marchamo que da el haber sido un estandarte.
Rakitic, tal como se anunció desde estas mismas páginas, verá cumplido no sólo su deseo de marcharse al Barcelona sino también el de despedirse desde el Sánchez-Pizjuán, una vez finalizada la participación de Croacia en el Mundial. Será a las 12.30 horas.
La decisión del club provocó reacciones de todo tipo. Hay sevillistas dolidos con la forma en que el capitán se marcha y entienden que el club no debe acceder a su deseo. Pero también hay sevillistas que, como el club, consideran que Rakitic debe despedirse como lo hicieron otros ilustres.
Monchi explicó así la decisión: "Yo no tenía ninguna duda, no imaginaba que Ivan pudiera irse de otra manera; lo vendiéramos por 100 ó por 2. Lo hablaba muchas veces con Unai. Él, cuando estaba en Valencia, valoraba mucho que los jugadores del Sevilla se marcharan en loor de multitud: con las copas al lado, con un homenaje. La última imagen que tengo de Ivan es con una copa en la mano. No puede salir de otra forma que no sea bien. Lo que no sé es si saldrá con una copa, con dos, subido en una tarima o en medio del campo, pero que va a salir bien, como merece". Suerte, Ivan.
