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Reconciliación en la Fórmula Uno

El presidente de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA), Max Mosley, cedió ayer ante las escuderías de la Fórmula 1 y renunció a imponer por la fuerza su reforma del reglamento, para mantener la unidad y evitar que los equipos cumplieran la amenaza de crear un campeonato paralelo.

el 16 sep 2009 / 04:46 h.

El presidente de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA), Max Mosley, cedió ayer ante las escuderías de la Fórmula 1 y renunció a imponer por la fuerza su reforma del reglamento, para mantener la unidad y evitar que los equipos cumplieran la amenaza de crear un campeonato paralelo.

El hombre que ha dirigido el automovilismo desde 1993 perdió su pulso contra ocho de los principales constructores y acabó incluso por renunciar a presentarse a su propia reelección en octubre próximo. Era la única forma de salvar la unidad de la Fórmula 1, que en 2010 se correrá con las mismas reglas que rigen el circo este año.

Los ocho equipos, agrupados en el seno de la FOTA, se comprometieron a reducir sus presupuestos en los próximos dos años y a ayudar a las escuderías recién incorporadas al Mundial para reducir las distancias objetivas. Y retiraron su amenaza de crear un Mundial paralelo, que pesaba como una espada de Damocles sobre la FIA.

Fue Mosley el encargado de anunciar a la prensa su derrota al término de un Consejo Mundial que se preveía movido pero que fue más tranquilo de lo esperado. Desde el inicio de la reunión, en los locales de la FIA en la parisiense Plaza de la Concordia, Mosley notó que le faltaba el apoyo del patrón de la Fórmula 1, Bernie Ecclestone, por lo que comenzó a hacer concesiones, indicaron fuentes internas.

De inicio, la renuncia a su intención de imponer, a partir del año próximo, el techo presupuestario de 45 millones de euros por escudería, sin contar los gastos de patrocinio y los sueldos de los pilotos.

Ferrari, McLaren, BMW Sauber, Renault, Toyota, Red Bull, Toro Rosso y Brawn GP estaban dispuestos a abandonar el actual Mundial y crear uno propio. Incluso publicaron un hipotético calendario para aumentar la presión sobre Mosley.

A cambio de renunciar a esos planes, las escuderías, lideradas en la reunión por el patrón de Ferrari y presidente de la FOTA, Luca Cordero di Montezemolo, se comprometieron a una rebaja progresiva de sus presupuestos.

En dos años, éstos deberán situarse en los niveles que tenían a principios de los años 90, precisó la FIA en un comunicado. Otro pequeño triunfo del presidente de la FIA fue el de reiterar el papel de la organización como "rector único" del automovilismo, una función que la FOTA le había disputado con su aviso de crear un campeonato paralelo.

Los constructores también se comprometieron a respetar los pactos que deben regir la Fórmula 1 hasta 2012 e, incluso, negociarán para ampliar ese plazo. "Los equipos se adhieren a una versión mejorada de la gestión de las disposiciones de los acuerdos de la Concordia de 1998", precisó la FIA.

También los equipos se mostraron satisfechos con el acuerdo, que Montezemolo calificó de "bueno" porque cierra una larga batalla: "Las polémicas no son buenas para la Fórmula 1 ni para el público, porque se trata de un deporte fantástico que debe ser relanzado, no sólo protegido", afirmó el patrón de Ferrari.

TRECE ESCUDERÍAS EN 2010

La Federación Internacional del Automóvil (FIA) hizo pública ayer la lista de las trece escuderías inscritas para el Mundial de Fórmula 1 del año 2010. En esta lista, la misma que la FIA anunció el 12 de junio, están las diez actuales más la española Campos Meta, la británica Manor Grand Prix y la estadounidense US F1.

Todos los equipos que actualmente compiten en el Mundial se han comprometido con el campeonato, por lo que es seguro que no habrá un certamen alternativo.

Además, los equipos más experimentados prestarán asistencia técnica a los tres nuevos equipos que integrarán el año próximo el Mundial.

Max Mosley obtiene una pequeña victoria puesto que su objetivo era abrir la Fórmula 1 y permitir que en ella se integraran nuevas formaciones independientes, ante la previsible sangría de patrocinadores que auguró la salida precipitada de Honda el pasado invierno. Los tres nuevos se unen a los ocho integrantes de la FOTA y a Williams y Force India.

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