La convocatoria, un clásico de la Pascua sevillana, respondía al guión habitual. La Caja Rural del Sur abría su casa para entregar los Premios Pepe Luis Vázquez que distinguen los sucesos más destacados de la campaña anterior en las plazas de Sevilla, Málaga, Huelva, El Puerto y Jerez de la Frontera. Los premiados ya eran conocidos: el diestro Manuel Escribano reverdecido a la primera línea a lomos de dos miuras, la duquesa de Alba que sigue peleando con algunos problemillas de salud y la vacada santacolomeña de Ana Romero, que lidió un encierro sobresaliente en la temporada veraniega portuense. Hasta ahí se cumplió la escaleta prevista con algunos minutos de retraso obligados por la apretada agenda del alcalde, que presidió el acto.
Pero fue precisamente el regidor de la ciudad, Juan Ignacio Zoido, el que acabó dando un giro definitivo y reivindicativo a este acto que José Luis García Palacios, con humor y hospitalidad choquera, convierte en una reunión de buenos amigos. El presidente de la Fundación Caja Rural del Sur había evocado el espíritu de la transición política trufado de respeto por el adversario político enhebrándolo con el texto de José Rodríguez de la Borbolla, presentador de la pregonera taurina de Sevilla en 2014, la también ex presidenta Esperanza Aguirre. Una cosa nos llevó a la otra: Zoido no tuvo empacho en referirse a la rebelión de las primeras figuras tomando prestadas las palabras de Gregorio Serrano, su delegado de Fiestas Mayores. «Algún día tendrán que explicar a Sevilla por qué se le ha faltado al respeto;los que se han servido de la plaza y sus aficionados ahora le dan la espalda a la capital del toreo pero Sevilla y su plaza de la Maestranza está por encima de todo».
Fue la primera andanada del primer edil que, recrecido, proclamó que «el Ayuntamiento de Sevilla defiende sin tapujos que el arte del toreo es un motivo de alegría, es nuestra Fiesta Nacional y estamos orgullosos de defenderla». Zoido también evocó la figura de Pepe Luis Vázquez que da nombre a estos premios que ya alcanzan su VIII edición. El alcalde recordó que el gran maestro de San Bernardo fue distinguido el pasado año a título póstumo con el primer premio taurino instituido por el Ayuntamiento. De la misma forma recalcó que la Tauromaquia forma parte de las fiestas mayores de una ciudad que no se puede entender sin su papel fundamental en el hilo del toreo.
Pero el regidor retomó el tono reivindicativo para afirmar, en relación con esos cinco toreros rebelados que siguen planeando en todas las conversaciones, que «es arriesgado tomar ciertas decisiones cuando la Fiesta está pasando momentos tan delicados». Juan Ignacio Zoido dejó meridianamente clara su postura al remachar la idea señalando que «nuestra plaza merece un respeto que nadie puede poner en duda». El alcalde también tuvo palabras de alabanza a Manuel Escribano, «al que nadie ha regalado nada» aunque se detuvo de una forma especial en la figura de la ausente Cayetana de Alba marcando los lazos comunes con la familia Vázquez Silva y recordando que la duquesa fue una de las principales impulsoras de la erección del monumento al gran maestro Pepe Luis.
Pero aún hubo más, además de la presentación del valioso anuario Maestranza que dirige Carlos Crivell que ya ha alcanzado su XVI edición en la compilación de los festejos celebrados en las plazas objeto de los premios. Antes de que los premiados recibieran la escultura de Nacho Martín y el jamón Denominación de Huelva que tan bien defiende Guillermo García Palacios, hubo una nueva proclama del señor alcalde: «tenemos derecho a acudir a los toros en libertad sin que nos llamen asesinos; y tenemos que acudir a la plaza con ese respeto que sabemos tener en Sevilla a todo el que se pone delante». Pues eso.
