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Reyes: de acabado a pieza clave

El utrerano, pese a sus altibajos, se ha convertido junto a Negredo en el jugador que marca diferencias.

el 06 ene 2013 / 20:53 h.

Reyes recibe instrucciones en presencia de Míchel.

Un año después de regresar al Sevilla procedente del Atlético de Madrid, José Antonio Reyes ha reivindicado su condición de futbolista determinante. Era lo que todo el mundo esperaba desde que se hizo oficial su fichaje por el club que le vio corretear desde niño con el balón en los pies. Pese a ello, no ha sido hasta la recta final de 2012 y este inicio de 2013 cuando el utrerano ha sacado a relucir la calidad que atesora. Míchel, su entrenador, lo dijo a los cuatro vientos, una y otra vez: Reyes tiene que reconvertirse. Y en ello anda. Lo bueno es que ahora, por fin, parece haber encontrado el camino.

Su brillante segunda parte frente a Osasuna así lo confirma. Fundamentalmente porque supone la confirmación de lo visto en Anoeta antes del parón navideño. Hasta entonces, sus buenos momentos se contaban con los dedos de una mano, exceptuando el primer derbi de la presente campaña. Ese día, Reyes se salió: desniveló el marcador nada más comenzar el partido, firmó un nuevo gol poco después y sirvió otro a un compañero para redondear su gran actuación. Fue su mejor noche desde que regresó al Sevilla, una noche que nunca olvidará.

Todo el mundo esperaba que ese partido ante el Betis le permitiera despegar definitivamente. Sin embargo, entre que el equipo entró en barrena por diferentes razones y que la ansiedad se apoderó de todos, todo se ha complicado. No obstante, Reyes ha logrado sacar chispa de donde no había para insuflar aire al equipo.

DANDO LA CARA. En Anoeta, Reyes se desató en la segunda parte, creando peligro -estrelló un balón en el palo-, generando juego de ataque y rompiendo con su capacidad de desborde por el centro. Míchel, que reconoció su error, le mandó a la ducha cuando era el mejor futbolista sobre el césped.

Luego llegaría el parón y tras éste, Osasuna. Una final que el Sevilla comenzó con una nueva mala primera parte pero que dominó desde la reanudación hasta el final, esta vez logrando la ansiada victoria. Reyes, como sucedió en Anoeta, demostró que si está bien físicamente, metido y concentrado, es diferente al resto. Su pase de gol a Spahic, después de haber generado casi todas las ocasiones de peligro en la segunda mitad, fue providencial. La afición premió su esfuerzo con una gran ovación al ser sustituido.

Reyes y Negredo, pichichi del equipo con once tantos (ocho en Liga y tres en Copa), son los dos jugadores que marcan diferencias hoy en día en el Sevilla. Si el madrileño aporta goles, el utrerano encuentra huecos, rompe defensas y libera de responsabilidad a compañeros como el propio Negredo o Jesús Navas. La sociedad que creó con éste último ante Osasuna fue de lo mejor que se vio el pasado sábado.

Para muchos, Reyes estaba acabado; para otros, el hecho de que apareciera era cuestión de tiempo. Seguir en esta línea es ahora su gran reto. 

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