Cultura

Riccardo Muti obtiene el Premio Príncipe de Asturias

el 04 may 2011 / 16:36 h.

El director Riccardo Muti.

Rápido, enérgico, lleno electricidad, un maestro de los de antaño, de amplísimo repertorio y gesto que encandila al público. Así es el director de orquesta italiano Riccardo Muti (Nápoles, 1941), quien ayer se alzó como ganador del Premio Príncipe de Asturias de las Artes 2011. El fallo se hizo público en el Hotel de la Reconquista de Oviedo, donde tuvo lugar la reunión del jurado encargado de conceder el galardón, que el año pasado distinguió la obra del escultor estadounidense Richard Serra.

Reconocido como uno de los mejores directores de música clásica del mundo, Riccardo Muti ha estado al frente de las más prestigiosas orquestas, dejando una profunda huella con sus interpretaciones, que han alcanzado una dimensión universal. Comparado a menudo con Arturo Toscanini por el personalismo del que gozan sus interpretaciones, Muti ha alcanzado algunas de sus cimas interpretativas de la mano de compositores tan diversos como Mozart -cuya Flauta mágica, vista en el Festival de Salzburgo en 2006, se consideró una de las mejores de la historia- y Verdi -su versión del Réquiem tiene encendidos defensores-.

Su trabajo ha sido reconocido con numerosos premios, como el prestigioso Birgit Nilsson de música clásica, dotado con un millón de dólares, o el Grammy al mejor Álbum de Música Clásica por el ya citado Requiem de Verdi. Hijo de un médico y una cantante lírica, Muti estudió piano con el reconocido Vincenzo Vitale y se graduó con honores en el Conservatorio de Música San Pietro a Majella, en su ciudad natal.Más tarde se formó con Bruno Bettinelli y Antonino Votto en el Conservatorio Giuseppe Verdi de Milán, donde obtuvo la diplomatura en Composición y Dirección de Orquesta.

En 1967 fue premiado con el prestigioso concurso Cantelli de Milán, lo que le valió la mención especial de la crítica y el público.Al año siguiente fue nombrado director musical de la Orquesta Maggio Musicale Florentino de Florencia, cargo que ocupó hasta 1980. Después sucedió en el mismo puesto a Otto Klemperer en la Filarmonía de Londres (1972-1982) y a Eugene Ormandy en la orquesta de Filadelfia (1980-1992). La última dirección la abandonó para dedicarle más tiempo a su familia, aunque siguió vinculado a la orquesta como "director laureado", lo que le permitió dirigir un número amplio de conciertos cada temporada.

Tras 19 años dirigiendo la orquesta de la Scala, Muti se vio obligado a dimitir en abril de 2005 por presión de la Asamblea de trabajadores del teatro tras las disputas que había mantenido con el gerente. Entonces afirmó que el conflicto hacía imposible "proseguir con una colaboración que tendría que estar basada en la armonía y la confianza", por lo que fue reemplazado por el francés Stephane Lissner. En el 2010 debutó tardíamente en uno de los grandes templos universales de la lírica, el Metropolitan Opera de Nueva York con Attila de Verdi y se hizo cargo de la Orquesta Sinfónica de Chicago pero debió retirarse por enfermedad después del recital.

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