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Ruleta rusa a tres días de recibir al CSKA

El Sevilla vuelve a dejar escapar puntos de su estadio. Esta vez, ante el Deportivo, un rival directo en la lucha por obtener la clasificación para la Liga de Campeones. No se puede achacar al equipo de Jiménez que no se esforzara. Lejos de pensar en el CSKA, derrochó fuerzas por su afán de ganar el partido. Tan loable como peligroso para el martes.

el 14 mar 2010 / 00:20 h.

Algo falla en el Sánchez Pizjuán. Son ya catorce los partidos de Liga que el Sevilla ha disputado esta temporada y sólo ha conseguido ganar siete. Pobre bagaje para un aspirante al tercer puesto. Ayer, el equipo de Miguel Ángel Lotina se convirtió en uno de los que han sacado provecho de sus visitas al coliseo nervionense. Anduvo más cerca la derrota que la victoria, porque el de Manolo Jiménez tuvo más tiempo el balón en su poder y pisó más el campo contrario. Sin embargo, lo que a la postre importa son los goles y el Sevilla, ofensivo a más no poder y con hasta cuatro delanteros participando a lo largo del partido, sólo consiguió marcar uno.    

Nadie puede poner en duda el derroche del equipo, al que le fue imposible reservar fuerzas pensando en el martes. Peligroso. Mientras atacaba, a menudo con excesiva ansiedad, dejaba huecos que el Deportivo pudo aprovechar. Hasta Palop tuvo que aparecer para evitar un 1-2 clarísimo en la única llegada coruñesa de toda la segunda parte. El ansia por marcar fue un problema para los nervionenses. Les hizo caer en la precipitación cuando más temple había que tener. Entre que los delanteros –exceptuando a Luis Fabiano, el mejor– no andan finos, que a veces estos tampoco reciben buenos balones y que el Dépor hizo un partido serio, fue imposible. El Sevilla acabó jugando a la ruleta rusa: o ganaba con un gol fruto de uno de sus acercamientos al área o perdía en un contragolpe del rival.  Y, además, hizo un esfuerzo que puede pesar.  

Ahora, toca aparcar la Liga, donde aún hay tiempo para enmendar errores. El partido de vuelta de los octavos de final de la Champions del martes será, a buen seguro, un punto de inflexión en la temporada del Sevilla, algo así como quitarse un peso de encima y recibir un espaldarazo moral para lo que resta de temporada... o llevarse un varapalo. Ya ha logrado el pase a la final de Copa y ahora hay que hilar muy, muy fino para hacer historia.

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