Sobre 700 hectáreas de socios de la cooperativa Las Marismas, una filial del grupo Sacyr instalará plantas termosolares que suman 150 megavatios y otras de biomasa de 15 megavatios, éstas para quemar residuos de un campo que tenía en el algodón y la remolacha sus principales cultivos.
Para una comarca azotada por las sucesivas reformas agrarias europeas, que han ido recayendo sobre sus cultivos principales -a saber, algodón, remolacha y hortalizas-, el proyecto de Valoriza, filial energética del grupo constructor y de servicios Sacyr-Vallehermoso, en alianza con la empresa israelí Solel, conlleva un radical cambio en la base de su economía, en especial para la mayor cooperativa de Lebrija, Las Marismas.
Por lo pronto, la sociedad promotora ha firmado una opción de compra sobre 700 hectáreas para instalar tres plantas eléctricas termosolares de 50 megavatios cada una, que sumarán una potencia suficiente como para atender a 37.500 hogares, según explican fuentes implicadas en el proyecto, quienes precisan que se están atando "algunos flecos" para que sea oficialmente anunciado "en los próximos días o semanas".
Aunque las plataformas termosolares son las que constituyen el grueso de la inversión, que las fuentes estiman en "al menos" 700 millones de euros, se prevé también la instalación de plantas de producción de electricidad a partir de biomasa, y que son las que más interesan a los agricultores de la zona.
En efecto, esas plantas utilizarían los residuos agrícolas de los actuales cultivos -matas de algodón, remolacha, tomates, etcétera-, así como las siembras energéticas con las que experimenta la cooperativas Las Marismas, tales como el chopo energético y el sorgo. Con su capacidad, de 15 megavatios, se atendería a alrededor de 3.750 familias, siendo un proyecto que, resaltaron las fuentes, conoce y respalda la Consejería andaluza de Agricultura.
Cabe recordar que el 80% de los agricultores socios de Las Marismas siembran tradicionalmente algodón y remolacha, que, tras las reformas de las ayudas europeas, han reducido sus tierras en el primer caso porque la mayoría de la subvención se puede cobrar sin producir, y en el segundo, ante la reconversión de la industria azucarera forzada por Bruselas.
En la actualidad, Sacyr, a través de Valoriza, participa en la comunidad andaluza, y con socios regionales, en varias plantas de biomasa, que sobre todo operan con los residuos de la industria del aceite de oliva -seca el orujo para, a la vez que extraer esta grasa, usar los vapores en la generación de electricidad, que consume la envasadora en cuestión y el sobrante se inyecta a la red-. Así, está presente en la localidad sevillana de La Roda de Andalucía de la mano de la familia Guillén (la propietaria de las marcas La Española y Coosur), y en la cordobesa de Puente Genil tiene como aliados a los Espuny.
El matrimonio entre Sacyr y la israelí Solel -que aporta la tecnología solar- se remonta a finales de 2006, cuando anunciaron su intención de buscar terrenos en Andalucía. Junto con el complejo termosolar de Lebrija, en breve concretarán otro para la provincia de Jaén, indicaron las mismas fuentes.
