Cultura

Salman Rushdie combina historia y fabulación en su nuevo libro

El escritor angloindio Salman Rushdie retorna a sus orígenes en su última novela, "La encantadora de Florencia".

el 16 sep 2009 / 00:46 h.

El escritor angloindio Salman Rushdie retorna a sus orígenes en su última novela, "La encantadora de Florencia", en la que mezcla historia y fabulación, y con la que, según ha dicho, quería reivindicar aspectos básicos de la "narración de historias" y reconocer la figura de Maquiavelo lejos del tópico.

"La encantadora de Florencia" (Mondadori/Bromera) está ambientada a finales del siglo XVI, cuando un extranjero llega a la corte del emperador mogol Akbar el Grande, en la fastuosa ciudad de Fatehpur Sikri.

Ese mensajero es portador de un secreto, la historia de una mujer misteriosa, dueña de una belleza cautivadora y versada en las artes del encantamiento y la brujería, y de su viaje imposible a la lejana Florencia.

En una entrevista con Efe, Rushdie ha comentado que "después de mucho tiempo preocupado por los acontecimientos contemporáneos, supongo que tocaba volver a los aspectos básicos de la narración de historias, un retorno a la narración en su estado puro".

El libro incluye una abundante bibliografía que es un retrato de la larga investigación que el autor realizó en los últimos años, pero no por ello se sintió encorsetado: "Descubrí tantas cosas extrañas que habían sucedido que, al final -ha dicho-, nada de lo que inventé parece tan extraño como la realidad".

Muchos pasajes de la novela, reconoce Rushdie, "podrían pasar por realismo mágico, cuando en realidad son historia".

Puestos a inventar, Rushdie imaginó lo inverosímil: "En esa época había muchos viajes de Occidente a Oriente, pero no al revés, y menos de una mujer".

Para construir la historia, el autor de "El suelo bajo sus pies" se apoyó en dos felices coincidencias. Por un lado, el poema "Orlando Furioso" de Ariosto, "en el que aparece una princesa india que llega a Europa y de quien todo el mundo se enamora, una historia escrita por Ariosto en la misma época en que sucede mi novela, lo que da a pensar que pudo conocer a mi princesa".

La otra pista llegó de la otra parte del mundo, con el gran emperador mogol Akbar el Grande, quien en una de sus derrotas en Samarkanda fue obligado a entregar a su hermana al enemigo.

"En su autobiografía, Akbar menciona que cuando dejó Samarkanda, su hermana se perdió, pero no dice que tuvo que entregarla para salvar su cabeza", ha bromeado Rushdie.

El argumento de la novela, todo un canto al diálogo entre civilizaciones, es además una excusa para "analizar el inicio de las relaciones entre estos dos mundos", sobre el que el escritor construye algunas licencias históricas, como cuando Akbar oye la historia de la reina virgen, Isabel de Inglaterra, y comenta que sabe cómo puede cambiar esa situación.

Rushdie considera que "un puente entre Oriente y Occidente ha existido siempre, aunque haya quedado obstaculizado por esa política islámica extremista de oposición al mundo occidental, que no es mayoritaria en esa sociedad, y a la que tampoco ha ayudado la política de Bush".

"La encantadora de Florencia" ha sido una oportunidad además para reivindicar la figura de Maquiavelo, "injustamente tratado por la historiografía" y que "no era para nada maquiavélico", sonríe.

Maquiavelo, recuerda Rushdie, que es además historiador, "tuvo poder cuando los Médicis fueron expulsados temporalmente del gobierno, era un republicano convencido y ejerció con acierto los asuntos exteriores de Florencia, y cuando volvieron los Médicis intentaron matarlo, lo torturaron para forzar una confesión de crímenes que no había cometido y al final lo mandaron al exilio".

Rushdie no descarta que algún día escriba su autobiografía, como le piden muchos, empezando por su agente literario, pero esperará a que la Universidad Emory de Atlanta acabe en un año de clasificar toda su correspondencia y archivo personal, que entregó hace dos años. Sin embargo, se muestra reacio: "No me hice escritor para escribir de mí mismo; el mundo es mucho más interesante".

A pesar de que le resulta "difícil hablar de futuras novelas", reconoce Rushdie que le falta "un libro importante sobre su experiencia vital de 40 años en Londres".

De hecho, añade, "Los versos satánicos" es su única novela londinense, porque "no era un libro sobre el Islám, el material islámico era muy secundario y la mayor parte de aquella obra se refería al Londres de los años 80 y sus comunidades de inmigrantes".

La próxima novela, sin embargo, será, asegura, una secuela de "El mar de historias", aquella novela infantil que escribió cuando su hijo Zafar cumplió once años, y que ahora tiene continuidad con otra escrita para su hijo Milan, que acaba de cumplir la misma edad

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