San Pablo recuperó su esencia en una tarde mágica. El Écija debía reinvertir el 1-0 de Riazor ante el Deportivo B y consiguió la clasificación para la final del playoff de ascenso gracias a una goleada sin matices. El cuadro de Josep María Nogués, espoleado por su afición, exhibió los argumentos de un firme candidato al asalto y, gracias a su dinamita ofensiva, cumplió con el reto. Huesca será ahora la tierra prometida.
Nogués apostó por un boceto dinámico. El catalán concedió la responsabilidad en los flancos ofensivos a Requena y Nolito, dos puñales que se clavaron en el corazón de la retaguardia deportivista desde el inicio. Luna, sin espacios, y Pepe Díaz, rápido e incisivo, eran las esperanzas atacantes de un equipo que buscó sin pausa el gol inaugural.
Con el Deportivo B replegado, el Écija fabricó las primeras acciones de peligro gracias a las penetraciones exteriores. Tras un primer escarceo de Pedro, el once de Rogelio Ramallo congeló el alma de San Pablo con una tijera de Iván Carril que atrapó Zigor. Pedro asumió las labores creativas y los astigitanos monopolizaron la posesión del esférico. En una acción de pizarra, Mario no acertó a batir a Manu tras un medido centro de Raúl Pichardo.
En pleno asedio azulino, Pepe Díaz recriminó el papel protagonista con una acción de fábula. El cordobés firmó una veloz galopada por el costado zurdo y, desde la línea de cal, envió un medido centro al segundo palo. Requena y Luna, imprecisos, no acertaron ante Manu.
Con Xisco Campos soberbio en banda y Jano preciso en la retaguardia, el once astigitano buscó el 1-0 con acciones hilvanadas. Sin embargo, y pese al incesante dominio, el tanto inaugural nació a balón parado. Saque de esquina botado por Nolito, Mario peina hacia el segundo palo y Pepe Díaz, libre de marca, bate a Manu. El éxtasis colapsó San Pablo. El Écija había igualado la eliminatoria antes del período de asueto.
En el segundo acto, los azulinos, eléctricos en la creación y soberbios en la cobertura, asediaron la meta rival y buscaron el pasaporte hacia la final. El Fabril, roto y sin argumentos, claudicó ante el infernal ritmo que propusieron los locales. Nolito y Pepe Díaz acariciaron el 2-0 antes de que Luna, con un sensacional cabezazo cruzado, reinvirtiera los dígitos de la eliminatoria.
Con la amplia renta acumulada, el plantel azulino asumió la elaboración con criterio. Nolito fue un auténtico incordio para Chapi, y Requena, rápido, generó en banda diestra el máximo peligro. En una de sus internadas, el de La Victoria combinó con el sanluqueño y, tras controlar de forma excelente dentro del área, cruzó ante Manu. El 3-0 sentenció la eliminatoria. El filial deportivista, cansado y sin un catalizador en la zona ancha, claudicó. Huesca, el próximo punto del mapa del tesoro.
