Un avión con 104 pasajeros procedente de Cancún fue secuestrado ayer por un grupo de personas que amenazaron con detonar explosivos y que reclamaron hablar con el presidente de México, Felipe Calderón. Según fuentes del Aeropuerto Internacional de Ciudad de México (AICM), la aeronave, un Boeing 737, aterrizó en la capital mexicana. Los secuestradores, que al parecer son de origen boliviano, poco después de tomar tierra el avión liberaron a los pasajeros, dejando sólo retenida a la tripulación.
Tras estar a salvo los viajeros, las fuerzas de seguridad de México tomaron la aeronave secuestrada en una acción inesperada para reducir a los captores y rescatar a las personas que aún permanecían en el interior de la aeronave. Según la cadena Televisa, la acción permitió detener a los secuestradores, cinco, según la página web del diario El Universal de México.
El secretario de Comunicaciones y Transportes de México, Juan Molinar Horcasitas, dijo que nunca hubo un explosivo en la aeronave, tal y como amenazaron los raptores.
El alto funcionario insistió en que los sistemas funcionaron bien y que todos los pasajeros estaban a salvo. Además, aseguró que los secuestradores nunca pudieron acceder a la cabina de los pilotos durante los 45 minutos que duró el secuestro.
La embajada de España en México confirmó ayer que no había españoles entre los pasajeros del vuelo. Un portavoz de la legación diplomática dijo que el centenar de pasajeros eran estadounidenses, franceses y mexicanos.
Por el momento se desconoce el móvil del secuestro aéreo, resuelto al parecer sin víctimas ni disparos por parte de las autoridades, aunque sí se vivieron momentos de tensión.
