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Sevilla acumula una cuarta parte de las agresiones a médicos andaluces en 2013

El ambulatorio de Pino Montano B, testigo de tres agresiones en un año, sirvió para plasmar la unidad del colectivo sanitario, que pide medidas a la Administración y el mismo criterio judicial

el 21 mar 2014 / 09:24 h.

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Concentración de médicos a las puertas del centro de Pino MontanoHace diez meses, una pareja fue detenida tras agredir a un enfermero y un pediatra en el centro de salud de Pino Montano B, rompiéndole la nariz a uno de los facultativos. Pero no es un hecho aislado. Los profesionales del centro han visto cómo otro paciente ocasionó un traumatismo ocular a un médico de urgencias en noviembre y hace nada, el 31 de enero, una pareja insultó a una administrativa y le causó lesiones físicas. No es que sea un único centro donde los facultativos ven que sus pacientes pierden los nervios, pero ayer fue el epicentro de una alianza de todos los profesionales de la salud contra las agresiones. Allí, con una pancarta que rezaba Contra las  agresiones, Tolerancia cero, escenificaron una lucha que no es de ayer, sino que el Colegio de Médicos y los sindicatos la portan en su ADN. De ahí que, aunque lentos, se vean los logros. Un dato. Sólo en los primeros seis meses de 2007, se contabilizaron una veintena de casos de ataques a médicos.En 2013, sólo 19.Un dato más. El año pasado se rebajó en 13 el número de agresiones a facultativos en Andalucía, según la Organización Médica Colegial y,  donde más bajó fue en Sevilla (10). Pese a esa mejoría, la provincia acumula una cuarta parte de las agresiones del conjunto de Andalucía. Pero el Día Mundial de Agresiones en el Ámbito Sanitario no sólo se ilustró con pancartas. Los trabajadores portaron lazos dorados, a la par que en las redes sociales proliferaba el hashtag #stopagresiones. Toda esta corriente se plasmó en papel con un manifiesto, que se ha acordado en el resto de España y que sucribió la entidad colegial y el Sindicato Médico de Sevilla, La voz, en este campo, es unitaria. Y no se limita a mejorar estadísticas, como si detrás de los números no hubiera víctimas. «No nos podemos olvidar de quienes fueron los agredidos. No basta con hacer campañas si nos olvidamos de ellos y sus dramas personales», reivindican al unísono, no sin antes reivindicar que sea la Administración pública la que asuma buena parte del peso para acabar  con esta lacra. Mientras, toca recordar cada caso. El Registro de Agresiones del Colegio de Médicos de Sevilla recogen 19 denuncias en 2013, la mayoría por discrepancias sobre la atención médica –15 de ellas fueron agresiones verbales y 4 agresiones físicas– y dos de ellas con resultado de baja laboral para el colegiado. Ocho fueron presentadas por varones y once por mujeres.Además, 18 tuvieron lugar en centros de salud y una en urgencia domiciliaria. A ello se une un trabajo que empieza a calar en los tribunales, con tres sentencias favorables y una condena por delito de atentado a la autoridad. Pero, incluso en ese aspecto, el de la judicatura, aún hay mucho por andar. A 500 kilómetros, en Madrid, hicieron balance partiendo de los datos del Observatorio de  Agresiones de la OMC. En los cuatro años que lleva en marcha se han registrado 109 sentencias, pero con resultado bien diferente, ya que varían en la tipificación de lesiones y amenazas: en unos casos son delito y en otros falta. Una diferencia cuestionada por la cúpula colegial, que reclama un criterio judicial únitario.

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