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Sevilla en dos días

¿Misión imposible? Los de la editorial Anaya no lo creen así y rompen tópicos con una guía que descubre míticos y desconocidos rincones por poco dinero

el 20 feb 2010 / 20:37 h.

La Plaza del Triunfo, la Catedral y la Giralda cubiertas de lluvia.
Sevilla está viva. Por si alguien lo dudaba, la guía Anaya Touring Club se encarga de recordar que día y noche la capital andaluza rebosa tanta vida que se convierte, sin pretenderlo, en "uno de los destinos más sugerentes del mundo". Así la definen sus autores, Avisón, Hernández- Colorado y Pereiro, y es guiado por ellos como el viajero descubre los sitios más característicos y escondidos de la ciudad. Si usted que lee es andaluz (porque la Guía Viva hace un recorrido por toda Andalucía), siga ese "impulso callejero" del que hablan continuamente los de Anaya, y redescubra su tierra. Primera parada: Sevilla capital.

 

"Dos días puede ser tiempo suficiente para recorrer con calma sus seis zonas características", comienza diciendo la página 429 de la ambiciosa guía. Ambiciosa porque bien es sabido que, a no ser que se goce del don de la ultravelocidad, ver todo lo que guarda Sevilla en 48 horas puede ser el paso inmediato a una taquicardia. No obstante, el recorrido Alcázar, Santa Cruz, Centro, Macarena, Alameda, y Arenal es "el obligado en cualquier visita a la ciudad". Tome nota y cámara.

El itinerario comienza en la plaza del Triunfo. En uno de sus extremos, el patio de los Naranjos y en pie, desafiante, la Giralda. A su derecha, la Catedral (cuya puerta principal está en la Avenida), silenciosa, fría y mágica desde 1507. En el lado opuesto está el Alcázar: para quien desee conocer la historia de la ciudad.

Por el patio de Banderas, entre guiris y parroquianos, se accede al barrio de Santa Cruz, cruce de religiones (el rincón con más duende de la ciudad, según la guía). Pequeños palacios con patios llenos de macetas se reparten por un camino siempre en sombra. El hospital de los Venerables, en la plaza del mismo nombre, es el ejemplo más antiguo del barroco sevillano y la casa Pilatos, en el barrio de la Judería, un exponente del renacimiento italiano.

Al final de la Avenida, está la Plaza Nueva, con el Ayuntamiento, edificio de estilo renacentista. Pero antes de lanzarse a la locura/belleza del centro, puede parar a reponer fuerzas en Antigüedades, en la calle Argote, o en cualquiera de las tabernas que pueblan la zona. Una vez situado en el epicentro de la ciudad antigua, tiene la posibilidad de recorrer en pocos minutos las comerciales calles Sierpes y Tetuán, la Plaza de San Francisco (a espaldas del Ayuntamiento), o la de El Salvador, muy cerquita también. Si no le vencen las fuerzas en esta ruta turística y continúa camino al barrio de la Macarena, dejando atrás iglesias como la de San Pedro o la de la Anunciación, será testigo de algo más que un cruce de culturas: los jóvenes españoles en estas calles se entrecruzan con los extranjeros, y éstos, con los ancianos, que a su vez pasean a sus nietos en compañía de capillitas, canis, pijos, heavies o raperos.

El barrio de la Macarena, con sus pequeñas iglesias de estilo mudéjar, y sus casas, que conservan algunas el estilo regionalista de principios del XX, es el mejor ejemplo de una Sevilla que ha sabido conservar el sabor más auténtico sin renegar de su historia. Siguiendo las calles aledañas a la calle Feria, se llega a la Alameda, rincón alternativo por excelencia donde se reúnen los más bohemios. Las recientes obras han dibujado una estampa muy distinta de la zona (donde ya no tiene lugar los domingos el mercadillo habitual, como afirma erróneamente la guía). La zona más abierta y luminosa de la ciudad es el Arenal, donde la Torre del Oro, el Teatro y la plaza de toros de la Maestranza reúnen a muchísimos turistas al día.

Fin de la visita, o no. Porque esta ruta no recorre Triana, Los Remedios o Sevilla Este: dos días son pocos. Los de Anaya también lo saben, por eso ofrecen una Guía Viva exclusiva de Sevilla.

De utilidad:

1. Qué ropa llevar. En invierno, se recomienda ir con alguna prenda de abrigo, y ropa ligera para el resto del año. Aunque Sevilla es conocida por su buen clima (pese a las lluvias de este invierno), la media anual es de 18 °C.

2. Qué y dónde comer. Espinacas con garbanzos, alcauciles rellenos, cazuela de trigueros, pescaíto frito y gazpacho. En bares de tapas, como El Rinconcillo (c/ Gerona), o en restaurantes como la Taberna Coloniales (San Pedro).

3. Dónde dormir. Hoteles: Hotel Baco (plaza Ponce de León, 15. 62-125 euros), Hotel Marián (c/ Alhóndiga, 24. Desde 58 euros). Hostales: Hostal París (San Pedro Mártir, 14. 48-56 euros), Hostal Sierpes (Corral del Rey, 22. 52-118). Apartamentos: En el casco histórico a precios razonables, visite www.sevilla5.com.

4. Dónde bailar. Rock: En la Alameda, Fun Club, Obbio o Malandar. Pop: En Triana, La otra orilla, Sala Boss. Flamenco: En la Judería, La Carbonería, en la calle Betis, Lo nuestro. Jazz: En el Polígono Calonge, Jazz Corner (c/ Rodio, 41).

5. Dónde comprar. Artesanía: en Triana, en los 39 talleres que existen en Alfarería y alrededores. Antigüedades: En Fernández (cuesta del Rosario, 25), El Museo (plaza del Museo, 4), Mercadillo de Pintura (los domingos en la plaza del Museo) o El jueves, en la fotografía (c/ Feria).

6. Cómo moverse. En taxi (954 580 000), metro o bus (por un euro). También puede utilizar los coches de caballo (junto a la Giralda) o los cruceros por el Guadalquivir (954 561 692).

 

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