Viento de cara es el título de la nueva exposición individual de Miki Leal, que regresa mañana a Sevilla como nuevo fichaje de la galería Rafael Ortiz, tras pasar por varias salas nacionales y haberse convertido, después de su éxito en Arco2007 y su paso por la segunda Bienal Internacional de Arte Contemporáneo de Sevilla (Biacs2), en uno de los valores más en alza de la pintura española contemporánea.
Además del uso ya característico en Miki Leal del papel como único soporte, de los juegos de formatos (los hay enormes, como paisajes envolventes y pequeños, como ventanas luminosas) y del recurso de lo acuarelable en la técnica que, como ya ha declarado en alguna ocasión, le permite sugerir más que exponer, y a la vez, disfrutar de la pintura y no sólo de la historia que ésta pueda contar, esta exposición ofrece una novedad: por primera vez se expondrá la obra gráfica del pintor; una serie de grabados que éste realizó entre marzo y abril de 2007 en unos de los talleres de grabado más prestigiosos de este país, el Taller Benveniste, en Madrid. La serie lleva el nombre A sangre fría en homenaje a la famosa novela de Truman Capote, creadora del llamado Nuevo periodismo. Los grabados son, según el autor, "sugerencias de escenarios que surgieron a raíz de la lectura de este libro".
Metamorfosis. Según explica la galería en una nota, Viento de cara no nace como proyecto unitario; es el resultado de meses de trabajo encerrado en el estudio, de viajes, de lecturas y también del hecho de que en estos años de ausencia sevillana, la obra del pintor, como el pintor mismo, han sufrido una metamorfosis, una madurez en parte natural y en parte deudora de una aceptación de un público cada vez más numeroso, a lo cual en parte han contribuido el haber sido elegido como uno de los pocos artistas españoles participantes en la segunda Bienal de arte contemporáneo sevillana, el haber sido recientemente galardonado con el prestigioso Premio Altadis o contar con obras en la programación de galerías dentro y fuera de España, como Madrid, Milán y Berlín.
Esta exposición recoge -explica Miki Leal- un concepto general "donde el título resume una actitud, una predisposición para que las cosas te impresionen, te llenen. En cierta manera, todas y cada una de las obras que integran la muestra son sensaciones o momentos más que escenas representativas de algo concreto. Por eso tienen ese carácter de sugerencia, de obra abierta".
De este modo, el joven pintor prosigue en un camino iniciado hace ya unos años dentro del colectivo Richard Channin Foundation, en el que se dio a conocer a nivel nacional.
