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'Si pudiera me iría del bloque'

"Si pudiera, me iría de aquí. Este bloque está gafado desde un principio". La pasada madrugada se cumplieron cinco años desde que las detonaciones de tres bombonas se llevara por delante el bloque de Las letanías. El tiempo no ha borrado los recuerdos.

el 15 sep 2009 / 09:52 h.

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"Si pudiera, me iría de aquí. Este bloque está gafado desde un principio". La pasada madrugada se cumplieron cinco años desde que las detonaciones de tres bombonas se llevara por delante el bloque de Las letanías. El tiempo no ha borrado los recuerdos. No se fían de sus vecinos y aún no pueden oler a gas.

Eran las 3.30 horas del día 14 de agosto, cuando un vecino del número 4 de la calle Consuelo de los Afligidos, en el barrio de Las letanías, interrumpió el sueño de 14 familias. La explosión se tragó sus hogares y les cambió la vida. "Nada ha vuelto a ser como antes", explica uno de los vecinos, Ángel Sánchez, que al igual que el resto de damnificados por el atroz suceso regresaron hace dos años a sus nuevos pisos.

"Antes había más unión entre los vecinos. Ahora no nos fiamos ni del que entra por la puerta. Antes se decidía todo entre todos. Hoy, aún no tenemos ni comunidad. Para cualquier problema, como una bombilla fundida de la escalera, hay que ir a la oficina de la Empresa Pública de Suelo de Andalucía (EPSA) de la Junta, propietaria del nuevo inmueble", critica Ángel, quien denuncia el abandono burocrático al que han sucumbido. "Cinco años después na die se preocupa por nosotros. Seguimos esperando que nos visiten responsables del distrito", se quejan.

El segundo A, donde tuvo lugar la explosión, aún no ha sido ocupado. Hoy viven 14 familias en los 16 pisos, algunas muestran su desconfianza hacia los políticos y su gestión: "Hemos aprendido lo falsas que son las promesas del primer día y el olvido de los segundos días. Ya sabemos también a defendernos con el papeleo", relatan con ironía.

Precisamente, hace unos meses han descubierto que su bloque "no existe" en el Registro de la Propiedad: "Aparece como un solar. No aparecemos ni en los planos", sentencia Ángel con el plano en mano que justifica su queja. En él aparece el espacio del bloque catalogado simplemente como "suelo". Ni las placas solares ni el ascensor les ha hecho olvidar el susto del aquella noche.

La modernidad del nuevo bloque no ha resarcido su dolor: "No hubiéramos cambiado nuestra vieja casa por las comodidades de ahora". Y es que allí, entre los escombros de la explosión, quedaron enterrados los recuerdos de toda una vida. "¿Lo peor de todo? Los doce años de ver a mis hijas, que ya no me lo devolverán", replica enérgicamente Loly, esposa de Ángel y añade: "No tengo ni una foto de mis dos hijas de pequeñas y ninguna de mi boda", se lamenta.

33 meses fuera. Algunos no han superado la psicosis, pese a recibir tratamiento psicológico. Es el caso de Manuel Álvarez, vecino de 71 años, que cada 14 de agosto se va al piso de su hijo: "No puedo dormir aquí". Y es que a su edad, Manuel tuvo que exiliarse del barrio durante 33 meses: "Estuve en Bami y, luego, en la Alfalfa. En ésta última, sólo me hablaban las limpiadoras", relata. Un testimonio que contrasta con el de Ángel y su familia. Ellos se quedaron en La Oliva: "Allí he dejado amigos como Manolo, el del bar El Capillita".

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