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Sitel agria el Congreso

El PP acusa a Rubalcaba de amenazas por el sistema de escuchas.

el 18 nov 2009 / 21:14 h.

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Normalmente, las sesiones de control al Gobierno de los miércoles no son tranquilas. Pero ayer el debate político -especialmente agrio- no sólo fue movido sino que acabó en bronca.

Esta vez el enfrentamiento fue entre el ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y dos diputados del PP, el vicesecretario Esteban González Pons y el portavoz popular de Medio Ambiente en el Congreso, Carlos Floriano. La discusión, que comenzó a cuenta del polémico sistema de escuchas Sitel, terminó a voces.

El incidente se produjo fuera el hemiciclo, en el Salón de los Pasos Perdidos de la Cámara Baja, y tuvo su origen en la pregunta que Floriano había formulado a Rubalcaba durante la sesión de control al Gobierno. El diputado popular acusó al ministro de estar utilizando un "sistema ilegal", en referencia al sistema Sitel, y afirmó que éste va "más allá de las escuchas" por lo que pidió una regulación del mismo por ley orgánica.

En respuesta, el ministro censuró a los populares por asegurar de este modo que "la mayor parte de las investigaciones realizadas en los últimos años no son legales". Su turno de palabra fue interrumpido por la bronca procedente desde la bancada del PP.

Tras concluir su intervención en el Pleno, el ministro y los dos diputados siguieron hablando en un rincón del citado salón. Desde fuera, se podía apreciar que la conversación estaba siendo tensa por el movimiento de manos. El volumen de la voz se elevó y tanto periodistas como diputados que estaban por el pasillo de la Cámara pudieron oír voces. "Esto no es una amenaza", pudo escuchar alguna de las personas que se encontraba en ese momento en el pasillo.

Una frase que, según fuentes populares consultadas, dijo el ministro durante la acalorada conversación. Otra de las frases que dijeron haber oído otros testigos fue la dicha por Rubalcaba cuando afirmó que no iba a tolerar que le acusaran de cometer un delito, ante lo cual Floriano respondió que los populares tampoco iban a consentir que les amenazaran.

Varios de los presentes explican que fue en ese momento, con la conversación más elevada de tono, cuando el presidente del Congreso, José Bono, apareció por el citado salón y se fue con Rubalcaba. Bono explicó después que había quedado previamente con el ministro para tomar un café.

Una vez concluido el episodio, las versiones que dieron los protagonistas fueron diferentes. González Pons terminó de enervar los ánimos cuando, ante los periodistas, acusó directamente a Rubalcaba de amenazarles al decirle a Floriano que él ve y escucha todo lo que dice y todo lo que hace. El ministro negó este extremo y dijo que él se refería a que ve y oye lo que el PP dice en los medios de comunicación.

No es la primera vez que el enfrentamiento PP-PSOE llega a tales extremos y tampoco es la primera vez que tras la discusión hay una intención de los populares de poner en cuestión el Estado de Derecho. Este verano, la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, acusó al Gobierno de promover escuchas a los populares, fruto de las cuales fueron supuestamente las filtraciones sobre el Gürtel.

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