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Solvente, sobrio y efectivo

Gregorio Manzano ya no se complica la vida, ha encontrado un once tipo con el clásico 4-4-2 y Kanouté ayudando atrás. Los resultados comienzan a llegar en un momento clave.

el 03 abr 2011 / 21:53 h.

Manzano, a tenor de lo demostrado en las últimas semanas, ya tiene claro cuál es el equipo base que ha conseguido que el Sevilla remonte el vuelo, y no se anda con rodeos a la hora de alinearlo ahora que el Sevilla está más cerca de un objetivo que hace meses parecía inalcanzable. Por fin funcionan las parejas de mediocentros, las de centrales -especialmente tras el feliz regreso de Fazio- y la de atacantes, que incluso se ha visto mejorada por una marcha de Luis Fabiano que no ha dejado otra opción que alinear siempre a Negredo y Kanouté. Las bandas han vuelto a ser incisivas, los laterales ayudan a los estiletes y Javi Varas aporta un plus de seguridad en la portería que se había perdido. Estos ingredientes hacen que aunque el Sevilla no haga un encuentro brillante, como ayer, le sirva para ser mejor que la mayoría de sus rivales de la competición liguera.

Eso sí, el cambio de Kanouté por Renato mermó bastante el orden que había tenido el equipo y dio paso a una serie de minutos locos en los que el Zaragoza merodeó con peligro la portería blanquirroja. Como casi siempre, sin el malí el Sevilla pierde el faro del equipo.

Los relevos a este once tipo fueron más testimoniales que otra cosa, aunque al menos, Romaric tuvo la ocasión de dar un par de buenos servicios en los pocos minutos que jugó.

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