Economía

S&P rebaja la calificación de la deuda de España

el 28 abr 2010 / 15:45 h.

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Los mercados y los analistas anticipaban que ocurriría, pero fue toda una sorpresa para el Gobierno. La agencia de medición de riesgos Standard & Poor's rebajó ayer la calificación de la deuda española al estimar que la debilidad de su economía se va a alargar más de lo previsto. Y lo hizo sólo un día después de que situar la deuda griega al nivel de los llamados bonos basura, lo que hizo resentir por segundo día al Íbex, con pérdidas del 2,99%.

La noticia sorprendió al Gobierno, admitió el secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, que consideró que la rebaja tendrá un "impacto limitado", -"coyuntural", espetó la ministra Elena Salgado- si bien los analistas auguraron nuevos recortes de Fitch y Moody's.

Con esta rebaja, la segunda de S&P en quince meses, la solvencia de la deuda de España ha pasado de tener la nota AA+ a AA con perspectiva negativa. Esta calificación, no obstante, está aún en el rango de las altas y supone la tercera mejor posición del ranking de S&P, que explicó que la deuda mantiene una "nota excelente". De hecho, apuntó que esta calificación refleja la "fuerte capacidad" de España para cumplir con sus compromisos financieros, lo que la distancia mucho de Grecia y Portugal.

S&P recortó las previsiones de crecimiento español, al opinar ahora que el PIB sólo subirá el 0,7% de media hasta 2016. Además, cree que España no logrará cumplir en 2013 el Pacto de Estabilidad porque su déficit superará el 5% del PIB en lugar del 3% comprometido. Y abunda en que al Gobierno le va a costar más de lo previsto la reestructuración del sistema financiero, y eleva el coste de las ayudas hasta un 5% del PIB.

El "inflexible" mercado laboral, el alto endeudamiento del sector privado y la poca capacidad exportadora, junto a un modelo de crecimiento dependiente del crédito, completan los lastres.

La vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, quiso lanzar un mensaje de "confianza" a los ciudadanos y de "tranquilidad" a los mercados porque "España saber hacer frente a las dificultades con rigor", y José Manuel Campa recordó que los cálculos de S&P distan mucho de los de los organismos internacionales, que han revisado al alza sus previsiones.

El director gerente del FMI, Dominique Strauss-Khan, arremetió contra las agencias al incidir en que éstas "no siempre aciertan. La gente les cree y por eso tienen incidencia a corto plazo". Por su parte, la CE les pidió "responsabilidad y rigor" a la hora de calificar las deudas.

Campa rechazó la tesis de que el sistema bancario necesite más capital del disponible en el FROB. S&P cifra en 34.000 millones esa necesidad del FROB y en 19.000 millones para el Fondo de Adquisición de Activos Financieros. Y Campa recordó que el FROB suma 36.000 millones -9.000 millones más tres veces esa cifra en caso de necesidad-, lo que supera la estimación de S&P.

Los portavoces políticos advirtieron de los efectos negativos para la financiación de la deuda, y contrapusieron el optimismo del Ejecutivo sobre la recuperación. Así, el secretario general del PP, José Luis Ayllón, aunque precisó que "España no es Grecia", recalcó que hay que hacer "lo necesario de forma muy urgente para no serlo nunca". Para el ex presidente de Gobierno José María Aznar, España se acerca a "una situación límite" por la pérdida de confianza en las finanzas públicas y la manera de afrontar la crisis. Por su parte, el portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran Lleida, señaló que esto evidencia que las cosas no se están haciendo bien y que nadie cree en la recuperación, mientras que el diputado del PNV Pedro Azpiazu reclamó que se haga "lo que no se ha hecho hasta ahora": aportar "serenidad" a los mercados con la unidad de los partidos.

-¿Qué significa la rebaja del ‘rating'?


Las agencias de calificación ponen nota a las emisiones de deuda realizadas por parte de las administraciones y de la banca, así como a las cotizadas. Con ello, orientan al inversor a la hora de decidir dónde colocar su dinero. Si puntúan bajo, le están trasladando el mensaje de que la inversión comporta un riesgo, cada vez mayor conforme la nota (rating) sea menor. En suma, se mide la solvencia a la hora de afrontar los compromisos de pago -que España pueda abonar los intereses-. Estas mismas agencias fueron las que alabaron a las entidades cuyos excesos condujeron a la crisis financiera internacional. Sin embargo, el mercado está muy pendiente aún de sus decisiones. 

-¿Está peor España que otros estados?

Pues no. Hay que tener en cuenta que las emisiones de deuda española gozaban hasta ayer mismo de las máximas notas por parte de las tres grandes agencias internacionales, Standard & Poor's, Moddy's y Fitch, tal y como puede apreciarse en el gráfico anexo. De momento, sólo la primera de ellas ha rebajado su calificación para España, a AA, pero con perspectiva negativa, y eso quiere decir que no descarta acometer más recortes. No obstante, las otras dos agencias, y sobre todo Fitch, suelen seguir los pasos Standard & Poor's, de ahí que no se descarte en los próximos días que también proceda a aplicar la tijera para nuestro país. 

-¿Por qué entonces es importante?

Aunque la nota no es tan mala, pues al fin y al cabo está diciendo literalmente que España tiene una capacidad muy fuerte para cumplir sus compromisos con los inversores que adquieran sus emisiones de deuda, lo realmente importante de la decisión de S&P es el contexto en el que se produce la rebaja. En efecto, el runrún de que España está metida en el mismo saco que Grecia y Portugal por los abultados déficit públicos, el impacto de la crisis sobre sus economías y el crecimiento del paro, que en el caso de España es el mayor de toda la OCDE, ha calado en los mercados mundiales. Y esto es muy peligroso para la percepción del riesgo-país.  

-¿Qué consecuencias tiene la rebaja?

Primero, una pérdida de credibilidad del país y de su solvencia para afrontar los pagos. Segundo, a España tendrá más dificultades para colocar su deuda y ésta, para colmo, le saldrá más cara, pues tendrá que ofrecer más intereses para atraer a los inversores (como referencia siempre está el bono, o bund, alemán, sobre el que hay que abonar un diferencial para que el español sea atractivo). Y tercero, al empeorar la percepción del riesgo país, los siguientes damnificados serían las entidades financieras y, por extensión, todo el sector privado (cotizadas), actuando además como freno a las inversiones que llegan del exterior.  

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