Hace año y medio, la multinacional Rade Tecnología cerró su delegación en Sevilla y su responsable, Juan Aponte Luis, de 29 años, decidió montar en Huelva su propia empresa, Ontech, junto a otros dos ingenieros, no tanto por la crisis sino porque creyó llegada la oportunidad de aprovechar la experiencia laboral acumulada en Rade y otras empresas como Cepsa o Atlantic Cooper para "desarrollar proyectos innovadores con tecnología de vanguardia". Uno de los proyectos que desarrolló en Rade fue un sistema de detección de explosivos mediante campos electromagnéticas para el Ministerio de Defensa, una tecnología militar que ahora en su propia empresa ha transformado para su uso civil como sistema de vigilancia para detectar intrusos en casas y oficinas.
El proyecto ha sido uno de los 22 seleccionados en toda España (tres en Andalucía) por el programa Yuzz, impulsado por la Fundación Banesto con la colaboración de la Junta. Como premio, Aponte y sus socios viajaron durante una semana junto al resto de seleccionados al centro de innovación tecnológico más importante del mundo, Silicon Valley, en California, donde visitaron empresas como Google e instituciones como la Universidad de Standford, asistieron a foros de inversores y realizaron contactos comerciales. Y, sobre todo, pudieron aprender de primera mano la "filosofía de trabajo" de allí.
¿Y cuál es esa filosofía y las principales diferencias con España? Aponte lo tiene claro: "Allí se potencia muchísimo a la gente brillante y se valora económicamente mucho más que aquí. Hay mucha libertad a la hora de trabajar, de los horarios... se hacen planes específicos de trabajo semanales, mensuales o hasta trimestrales y se trata de cumplir objetivos. Íbamos a Google y había muchos puestos vacíos porque la gente trabaja desde casa o desde la playa. Y se potencia que hagas aquello en lo que tú eres mejor, aunque en principio entres para otro puesto".
Ontech está ultimando el prototipo de su sitema de vigilancia cuyas ventajas, según, Aponte, es que es "invulnerable" frente a otros sistemas basados, por ejemplo, en infrarrojos. "Los campos magnéticos son como líneas invisibles que detectan cualquier anomalía que pase por esas líneas. Si pasa un cuerpo es imposible que no lo detecte, al menos aún no hay una tecnología para ello, mientras que los infrarrojos sí hay formas de vulnerarlos", explica. Además, es el único sistema que se puede usar con los habitantes dentro porque crea el campo alrededor de la ventana, la puerta, la pared o donde se quiera pero por el resto de la casa se puede estar (habría que desactivarlo al abrir o cerrar la ventana o puerta). El coste es bajo, la instalación sencilla y la tecnología totalmente propia. El objetivo de Ontech es terminar el prototipo en diciembre y comenzar a comercializarlo a mediados de 2013. El diseño es sufragado con fondos propios. "Si encontráramos un inversor se agilizarían los plazos", dice, pero el proyecto no peligra porque "la comercialización no nos preocupa, las grandes empresas de seguridad están interesadas". Además opta a un segundo premio económico del programa Yuzz que recibirán tres de los 22 proyectos. ¿Y los contactos en Silicon Valley? Aponte admite que en EE.UU es difícil vender un producto que aún no está en el mercado.
