Cofradías

"Tengo muchas ganas de sacar a la Virgen"

El palio de los Negritos vuelve a tener un costalero de color: Mustafá Hassan.

el 04 abr 2012 / 19:01 h.

Sus compañeros de trabajadera le llaman cariñosamente Luisito aunque su verdadero nombre es Mustafá Hassan. Es nigeriano, tiene 33 años y se gana la vida vendiendo pañuelos en el semáforo que hace esquina entre Cardenal Bueno Morreal y Felipe II. Profundamente católico, practicante -es de misas todos los domingos en la iglesia de Santa Genoveva-, este Jueves Santo verá cumplido su sueño. A eso de las tres de la tarde se ajustará el costal y se meterá bajo el palio de la Virgen de los Ángeles para, después de siglos, convertirse en el primer costalero de raza negra en la llamada cofradía de los negros fundada en Sevilla en el año 1393 por el cardenal Mena.

Mustafá es muy tímido y, pese a llevar siete años en España, apenas domina el idioma. Hay que hablarle "muy despacio", aunque las órdenes de Antonio Santiago ("esos cuerpos suspendidos, derecha adelante, izquierda atrás...") las comprende a la perfección. "Todo bien", responde sonriente a la pregunta de cómo han ido los ensayos. Esa misma timidez le lleva a clavar la mirada al suelo, incluso cuando mantiene una conversación con alguien.

Acompañado por Fernando Rivero y Curro García, de la Fundación Doña María, Mustafá sabe hacerse el costal como un sevillano más. Eso sí, "una ayudita nunca viene mal", ya sea de sus compañeros de palo o del propio capataz. "Sí, me llevo muy bien con todos. Me han tratado muy bien. Tengo muchas ganas de sacar a la Virgen", asegura este padre de familia que presume de gemelos: Victoria y Elvis Daniel.
Desde su llegada a Sevilla, siempre ha querido conocer las tradiciones de la ciudad. De hecho, se hizo hermano de Los Negritos y esta Cuaresma se presentó a la igualá de la cofradía de la mano de la Fundación Doña María, dedicada a la integración de inmigrantes a través de talleres y otras actividades. Cuando Antonio Santiago se topó con él aquella fría noche del 4 de febrero, no lo dudó: "Venga para dentro", espetó este médico maestro del martillo. El hijo del recordado Manolo Santiago explica que Mustafá se ha adaptado muy bien al mundo del costal pese a no haberlo vivido nunca. "El ritmo de las marchas lo ha cogido muy bien", apunta para terminar sentenciando que "no entiende muy bien el idioma pero pone mucha atención en las instrucciones". En el palio de los Ángeles, donde hay angelitos negros en los respiraderos, Mustafá va justo debajo de la dolorosa: "En la quinta trabajadera, de corriente", informa Santiago.

La experiencia está siendo tan satisfactoria que este nigeriano afincado en Sevilla ya tiene planes de futuro: "Amigos míos quieren venir aquí el año que viene", señala en un rudimentario castellano en el que también apunta que "el paso del Cristo pesa más que el palio", pues la semana pasada participó en la mudá en la que los costaleros del palio se metieron bajo las andas del Cristo para llevarlo al templo.
Esta tarde no podrá contener la emoción cuando haga la primera levantá. Pero, sobre todo, será muy especial para su esposa, Ebuwa Igninigie, también nigeriana y empleada doméstica que ha animado mucho a Mustafá para que se sea costalero. Seguro que en la mente de ambos estarán los pequeños por los que cada día luchan para ofrecerles un futuro mejor. ¡Va por ellos!


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