Está probado científicamente que los niños ríen de media unas trescientas veces en el día y los adultos tan sólo unas quince. No existe en cambio ningún estudio que confirme lo que se da por certeza: "En los espectáculos de Tricicle no pasan diez segundos sin escuchar una carcajada, en ocasiones el margen se acorta a poco menos de cinco segundos". Lo dijo ayer el director del Teatro Lope de Vega, Antonio Álamo, y los miles de seguidores de la compañía catalana darían por buena su nada exagerada afirmación.
Autodenominados "doctores del humor" estos tres catalanes cuya sola presencia en una rueda de prensa ya empieza a predisponer a la mandíbula a la guasa, se pasarán 13 días en Sevilla para dar a conocer su nueva creación, Garrick, título que homenajea a David Garrick, un actor inglés del siglo XVIII tan dotado para la comedia que los médicos llegaron a recomendar sus actuaciones como una especie de remedio mágico capaz de sanar cualquier pena del alma.
Tricicle ha querido celebrar sus 31 años con un montaje que hace prevalecer el gag sobre el argumento: "En Garrick ofrecemos una especie de conferencia-espectáculo protagonizada por tres doctores que pretenden impartir una demostración práctica sobre la fisiología del humor y las técnicas para provocarlo", contaron.Tras tres años de rodaje la obra "está ahora mucho mejor que al principio" porque, según comentaron, "siempre estamos buscando la posibilidad de introducir nuevos gags".
Prueba de que Tricicle sigue hoy, con más de tres décadas a sus espaldas al margen de cualquier competencia, lo prueba el siguiente comentario de Paco Mir: "Si tenemos 300 gags, 298 funcionan y dos no hacen reír, caemos en una depresió, siempre querremos conseguir que esos dos también logren nuestro propósito".En Garrick, Tricicle explota al máximo toda la comicidad que permite el humor gestual, algo que, en principio y a juicio de Carles Sans, "está muy alejado del humor típico sevillano basado en la palabra". Por eso, según confesaron, "el público hispalense no es especialmente fácil durante los primeros cinco minutos. Luego, en cuanto conectan con nosotros, se entrega por completo".
"Queríamos lograr con Garrick las máximas risas posibles", aseguró ayer Joan Gràcia, batir en lo posible sus propios récords. Y a juzgar por las críticas del público, por los múltiples vídeos sobre el montaje alojados en YouTube y por la excelente taquilla no andan lejos de conseguirlo. "Sinceramente, el Ministerio de Sanidad debería darnos una subvención por llevar tantos años haciendo risoterapia", Mir dixit.
Alguien podría preguntarse a éstas alturas cómo los autores de sonados espectáculos como Slastic o Sit mantienen el tipo después de tantos sketchs acumulados. La fórmula es doble, "ensayar durante cinco meses cada montaje y escuchar al público", algo que -marca de la casa- vienen haciendo desde sus orígenes. Cada cita con el Tricicle no termina con los aplausos en el escenario, luego aguardan al público a la salida para saludarle e intercambiar impresiones.
De todo lo anterior es fácil deducir que sus seguidores son legión y que ni un cataclismo mundial ni... una crisis económica les perjudica. "Al revés, a nosotros nos va mejor en esta época. Cuando todo alrededor se vuelve gris el entretenimiento es algo muy codiciado", reconoció Gràcia. Por eso sólo con Garrick ya atesoran más de 600 funciones. Y por eso hace algunos meses decidieron premiar a su fiel escuadrón de pacientes proponiendo en este montaje una propina muy especial: un repaso en 15 minutos a los mejores gags de la historia de este grupo imbatible.
Homenaje en el Lope de Vega al Mèlies español
Puede no resultar tan hilarante como Tricicle pero las películas de Segundo de Chomón (1871-1929) causan asombro y risas a partes iguales. Reconocido como el Mèlies español, este pionero de la fantasía en el cine ocupará una sesión el próximo 14 de diciembre (21.00 horas) en el Teatro Lope de Vega que corre peligro de pasar desapercibida entre los otros espectáculos programados este mes a cargo de Teatro Depravado, Compañía Rakatá y Malviviendo.
La propuesta consiste en un montaje de películas de Segundo de Chomón con música original en directo del pianista y compositor Jordi Sabatés. Tres de los filmes son totalmente inéditos y nunca se han visto en pantalla grande. Y entre los clásicos de De Chomón se encuentran títulos míticos para el cinéfilo como El hotel eléctrico, La cocina magnética o Pulgarcito, cintas en las que unos efectos sonoros tan primitivos como fascinante sitúan al espectador de frente con uno de los máximos precursores del cine de ciencia ficción moderno.
