Mil kilos de papel reciclado evita la tala de 17 árboles. Estas cifras son sólo un ejemplo de los beneficios de reutilizar este material. Sobre esta base, el Ayuntamiento de Sevilla ha iniciado una campaña para concienciar a los ciudadanos.
Con el simple gesto de separar y depositar el papel y cartón usado en el contenedor adecuado se contribuye a mejorar el medio ambiente, ahorrar en recursos naturales y dar una nueva vida a los materiales. Hay gente que lo sabe y aplica desde casa una política de reciclaje, poniendo cuatro cubos de basura para separar los residuos en la cocina.
Para ayudar al ciudadano en esta tarea, Lipasam, junto con Ecoembes, ha puesto en marcha una campaña de información que consiste en enviar a todos los vecinos de la ciudad una práctica bolsa reutilizable con la que facilitar el transporte del papel y cartón usado hasta el contenedor azul.
Para que se produzca un buen reciclaje, la sociedad debe intervenir en el proceso de clasificación de basuras, pero la separación doméstica ha de ser "un derecho, nunca una obligación". Éste es uno de los eslabones de la cadena que dificultan el ejercicio del buen reciclaje.
La clasificación de basuras muchas veces resulta una tarea difícil por la dudosa catalogación de algunos materiales, por lo que esta campaña pretende informar sobre qué productos son reciclables y dónde hay que depositarlos.
El verde deja de ser el color de la esperanza para convertirse en el del vidrio. Los contenedores de este color suelen tener forma de iglú. El color de la mala suerte para los supersticiosos es el que representa a los plásticos. Envases ligeros, latas y tetrabrick deben depositarse en los contenedores de color amarillo.
Pero el protagonista de esta campaña es el color azul. Envases de cartón, papel, periódicos y revistas tienen el papel más importante en la iniciativa del Consistorio para animarnos en la tarea del reciclaje. Otros productos como las pilas, aceites, metales, ordenadores, electrodomésticos... también son reciclables. Para ellos, existen los llamados puntos limpios, que se sitúan en las afueras de la ciudad y que no abundan tanto como los demás tipos de contenedores.
Los puntos limpios son centros de recogida de residuos peligrosos para los que no existe un contenedor específico. Una especie de cajón de sastre donde caen los deshechos más complejos.
