Tussam está sumida en un debate interno. Los informes revelan que los gastos se disparan, lo que dificulta la situación. Se prevé que las partidas para gasolina suben un 10% y a personal se destinará un 5% más. La empresa ultima su propuesta de nuevas tarifas, de la que depende la estabilidad de la empresa.
El consejo de administración estaba convocado hoy para debatir sobre las nuevas tarifas de Tussam para 2009 y aprobar un nuevo crédito que servirá para seguir afrontando los gastos de personal. Según fuentes de la empresa, la revisión de los precios puede quedar aplazada y retirarse del orden del día. El motivo, la complejidad de unas cuentas marcadas por una subida de los gastos que incrementará las pérdidas que ya asume la sociedad por el precio del billete -los usuarios pagan sólo una parte y el resto lo asume el Ayuntamiento a través de las transferencias que realiza anualmente- y por un contexto de crisis económica que complica un incremento de los precios de un servicio público.
Las cuentas no están cerradas. Pero hay algunos datos encima de la mesa. Por convenio, las remuneraciones a la plantilla deben subir en 2009, según las estimaciones de la empresa, un 5%.
Según la memoria económica de 2006 de Tussam, las nóminas representan en torno a un 75% de los gastos de personal, que oscilaban entonces en torno a los 54 millones de euros. Es uno de los grandes ejes de los presupuestos de gastos de Tussam.
El segundo dato es la subida del combustible. En torno a un 10%. De los gastos de explotación del servicio de 2006, tres cuartas partes se corresponden con la gasolina, mientras que el resto es para reparaciones y distintos materiales para el transporte. En total, siempre según las cuentas auditadas de 2006, cerca de diez millones de euros.
Son por tanto los dos parámetros básicos en los que se centran las cuentas de la empresa. Si suben, hay dos opciones. O se compensa con un aumento de las tarifas. O se incrementan las pérdidas, que deben ser paliadas con más transferencias de la Administración local o con la puesta en marcha de un plan de saneamiento con una renegociación de los créditos. Una iniciativa similar a la puesta en marcha por la sociedad de limpieza Lipasam.
Esta situación, que debe resolverse en los próximos días ya que el Pleno sobre las ordenanzas fiscales está a la vuelta de la esquina, se agrava por las dificultades que el Ayuntamiento ha encontrado para ejecutar los dos grandes planes de refinanciación de la empresa de transportes. La crisis del sector inmobiliario ha retrasado la venta del edificio de Diego de Riaño. La subasta quedó desierta antes del verano y ahora se negocia directamente con promotoras, lo que ha obligado a una rebaja del 10% sobre el precio de salida.
El segundo eje de la operación también atraviesa dificultades: la operación de Moneo. El retraso en los trámites de construcción de este nuevo edificio de oficinas con un aparcamiento subterráneo de 1.000 plazas ha obligado al Ayuntamiento a adoptar una medida para mejorar la situación de Tussam: ceder la propiedad de un solar tasado en 40 millones.
