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“TVE ha menospreciado a sus profesionales siempre”

Entrevista a Mayra Gómez Kemp, presentadora de Televisión.

el 16 jun 2013 / 20:21 h.

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Mayra Gómez Kemp PRESENTADORA DE TELEVISIÓN Mayra Gómez Kemp PRESENTADORA DE TELEVISIÓN --¿Qué hace ahora Mayra? --Estoy de tertuliana en un programa de Aragón TV, Sin ir más lejos, donde se comenta la actualidad. --¿Y qué tal ve la tele actual? --Hay de todo. Lo que pasa es que ahora se puede elegir porque hay mucha más variedad que antes. --¿Cree que TVE no se está portando bien con sus antiguas estrellas? --Eso es ley de vida. Vivimos en un país en el que es muy difícil que la gente reconozca a los que han sido sus ídolos. No somos EEUU. Pero es que Televisión Española se ha comportado así siempre. Cuando hacía el Un, dos, tres..., lo único que contaba para la cadena era Chicho (Ibáñez Serrador). Todos los demás no importábamos. A los que mandaban en TVE solo les interesaba la información: intentar controlarla para el Gobierno de turno. Nosotros éramos curritos a los que usaban como peones. Nos han menospreciado siempre. Y si eras mujer peor, porque contabas muy poco. Si presenté el Un, dos, tres... fue porque Chicho era Chicho y mandaba mucho. Sé que le dijeron que se equivocaba, que España no iba a aceptar que una mujer hiciera ese papel. --¿Qué programas le gustan ahora? --Sigo mucho Al rojo vivo, porque es un debate muy abierto y muy plural. Pero mi preferido es Salvados, porque me gusta mucho la originalidad de Jordi Évole y su forma de tratar los temas. Es increíble cómo consigue que la gente se relaje y largue. Para eso se necesita tener una personalidad muy especial. Y Jordi la tiene. --¿Y cuáles le gustan menos? --Los realities, en general. Por eso no veo Gran hermano. --¿Qué le parece esa televisión endogámica que ha inventado Tele 5? --Yo la llamo televisión vampírica. Lo importante no es si me gusta o no, sino que a ellos les funciona, porque ahí están las audiencias. Ellos hacen lo que les conviene. Tele 5 es un negocio y hace bien en cuidarlo. --¿Qué tal se encuentra Chicho? --Sé, por lo que me cuentan, que se encuentra bien. Tiene momentos mejores y peores, pero no está muriéndose ni nada de eso. Está plenamente consciente. Yo intento averiguar cómo está y llamo de vez en cuando, pero no te puedes imponer: si alguien no quiere que le vean en determinada situación física, hay que respetarlo. --Para una profesional como usted debió de ser muy duro perder la voz tras sufrir un cáncer de lengua... --Durísimo. La enfermedad fue doblemente cruel conmigo, porque primero tuve que lidiar con la enfermedad en sí y después con sus secuelas. Pero yo tenía que decidir entre deprimirme o plantarle cara. Y he tenido la suerte de superar dos enfermedades (tuvo luego cáncer de garganta) e ir ganando la batalla de momento. --A usted le llegaron a llamar la simpática casera de media Torrevieja...  --Sí, porque dábamos siempre un chalet de allí. Le voy a confesar algo que no sabe nadie: yo tuve durante unos años un apartamento en Torrevieja antes de hacer el Un, dos, tres... Y nunca lo dije en el programa. --¿Cree que tiene futuro TVE con tanto recorte y sin publicidad? --Debería tenerlo, porque tendría que cumplir la función que no tienen por qué asumir las privadas. Mi modelo ideal es la BBC. Hay programas de TVE, como Españoles por el mundo, que ejercen esa función. --¿Considera que la etapa de Fran Llorente al frente de los informativos de TVE ha sido la más imparcial? --¡Usted me está convirtiendo en la Torquemada de la televisión! Mire las audiencias de los telediarios y de Radio Nacional y saque su propia conclusión. La gente no es tonta. --Los de Llorente eran líderes...  --Usted mismo ha contestado la pregunta. La información no solo tiene que ser veraz, sino que no tiene que ser sesgada. También se peca por omisión cuando no das una noticia o no enseñas unas imágenes. --¿A quién le daría hoy la Ruperta? --A los banqueros, porque hay cosas que no son ilegales, pero son indecentes. Por ejemplo, que en un país con seis millones de parados un banquero se jubile con una indemnización de 88 millones de euros. La avaricia del capitalismo financiero no tiene límites. Creo que saldremos de la crisis, pero a costa de que mucha gente se quede por el camino.

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