Cultura

Un amargo pastel

Esta cinta americana de cine independiente se puede encuadrar en la moda de las película culinarias o en las comedias románticas pero, a pesar de lo dulce de su tema, termina por resultar amargo cuando nos enteramos que ésta fue la última que realizó e interpretó su directora y actriz Adrienne Shelley.

el 14 sep 2009 / 20:54 h.

Francisco Casado

Esta cinta americana de cine independiente se puede encuadrar en la moda de las película culinarias o en las comedias románticas pero, a pesar de lo dulce de su tema, termina por resultar amargo cuando nos enteramos que ésta fue la última que realizó e interpretó su directora y actriz Adrienne Shelley, ya que poco después fue asesinada en su apartamento de Greenwich Village el 1 de diciembre de 2006.

El guión lo escribió mientras estaba embarazada y lo que cuenta en el filme son sus propias experiencias puestas en la figura de Jenna, una camarera que es infeliz en su matrimonio y que se refugia en la cocina del cutre restaurante donde trabaja con la ilusión de participar en un concurso de pasteles y ganar el premio de 25.000 dólares para dejar a su posesivo marido.

La llegada de un nuevo ginecólogo al pueblo, que le trata de su embarazo y se enamora de ella, le hace concebir esperanzas de una segunda oportunidad en su vida.

La cinta tiene un carácter excéntrico, algo diferente, que rezuma un divertido optimismo, pero apartado del esquema tradicional de Hollywood, como corresponde al cine independiente, al tiempo que posee un tono sentimental, al incluir los problemas conyugales, de los que se consuela Jenna escribiendo cartas a su bebé como terapia en un canto a la maternidad.

La muerte de la actriz y directora tal vez nos haga mirar la cinta de otra manera, pero no pasa de ser una entretenida comedia con momentos divertidos y otros amargos. Tiene un estupendo trabajo de Keri Russell y la aparición de la propia Adrienne Shelly en el papel de una compañera de trabajo.

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