Economía

Un 'chiringuito' financiero deja colgados a unos cien inversores sevillanos

Con la resaca de la suspensión de pagos del grupo sevillano Contsa, que ha congelado los ahorros de 1.200 inversores, la Policía Nacional dio ayer a conocer una presunta estafa por parte de una firma sociedad de inversión de Valladolid, pero con delegación en Sevilla. El importe asciende a 25 millones de euros de 500 clientes. Foto: Paco Cazalla.

el 15 sep 2009 / 00:19 h.

I. C. R. / J. R.

Con la resaca de la suspensión de pagos del grupo sevillano Contsa, que ha congelado los ahorros de 1.200 inversores, la Policía Nacional dio ayer a conocer una presunta estafa por parte de una firma sociedad de inversión de Valladolid, pero con delegación en Sevilla. El importe asciende a 25 millones de euros de 500 clientes.

La sociedad es Riverduero Centro de Asesoramiento e Inversión (Riverduero CAI). La Policía Nacional de Valladolid informó ayer de la detención de sus dos administradores L.B.P. de 61 años y J.M.C.C. de 57, el pasado día 15 como presuntos autores de una estafa continuada por valor de 25 millones de euros, delito societario y apropiación indebida.

Según la información que maneja la Policía, los inversores afectados ascienden, al menos, a medio millar de personas, y aunque precisa que la mayoría de ellos son de Valladolid, también se localizan en otros puntos de España como Palencia, Madrid y Galicia. Sin embargo, destaca la situación de Sevilla, ya que Riverduero cuenta con una delegación en la capital hispalense, concretamente, en la cuarta planta del número 9 de la Avenida de la Constitución, donde "tenía también numerosos clientes, en torno al centenar", especificaron a este periódico fuentes policiales. De ellos, incide la nota, "había un grupo con gran capacidad económica y que aportó grandes cantidades de dinero", al tiempo que tienen constancia de otros ahorradores a los que la gestión fraudulenta de Riverduero les ha dejado "en una situación económica muy precaria".

La investigación se inició a raíz de la denuncia presentada por varios clientes contra los administradores de la sociedad, cuya actividad se resume en que captaba fondos de clientes particulares para prestarles, posteriormente, distintos servicios de asesoramiento e inversión en los mercados de capitales.

Sin embargo, pese a que hay constancia de que Riverduero realizaba este tipo de servicios desde el año 1999, no estaba autorizada para ello por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), condición indispensable para poder operar. Sin tales beneficiones, cualquier sociedad de inversión es tachada de chiringuito financiero.

La denuncia se presentó ante el Juzgado de Instrucción de Valladolid el 28 de enero pasado y en ella los afectados explicaron que habían confiado "importantes" cantidades de dinero a Riverduero CAI para su posterior inversión en productos derivados. Señalaron que, a pesar de intentar recuperar su dinero en repetidas ocasiones, los administradores les daban "continuas largas".

Así pues, el Juzgado abrió diligencias y encomendó al Grupo de Delincuencia Económica que investigara los hechos denunciados con carácter urgente. Tras tomar declaración a varios clientes, recabar información de la CNMV, algunos brokers (operadores de mercado) y entidades con las que, en teoría, operaba Riverduero, se descubre que funcionaba sin estar registrada en la CNMV -información que ocultó a los clientes y a sus propios trabajadores-. Además, ofrecían o bien productos inexistentes o con elevados rendimientos a través de productos derivados que, como especifica el comunicado, "pueden conllevar el riesgo" de perder toda la inversión, detalle del que Riverduero no informaba "debidamente" a sus clientes.

Además, la investigación destapó que desde hace nueve años la sociedad invertía en productos "sin ningún tipo de cobertura", generando "importantes pérdidas". Y, entonces, se generaba un círculo vicioso: el de reembolsar el capital de un cliente con la aportación nueva de otro, al igual que ocurría en Fórum Filatélico -por cierto, sociedad cuya sede social estaba también en Valladolid- y Afinsa e incluso Contsa.

Cuentas. Para la CNMV, Riverduero no existe y escasa es la información que sobre los balances de esta sociedad existe en el Registro Mercantil. Sus últimas cuentas son de 2006, carecen de análisis de auditoría y hasta la presentación sorprende -con máquina de escribir-. Para una sociedad que podría haber estafado 25 millones de euros ese año decía tener 6 trabajadores, un capital social de 120.202 euros, activos de 4,78 millones, endeudamiento (la mayor parte, el dinero de los ahorradores) de 4,58 millones y 2.561 euros de beneficio.

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