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Un ciclón deja 1.800 muertos y tres millones de evacuados

Bangladesh sufrió toda la furia del ciclón Sidr que, con vientos de hasta 240 kilómetros por hora, dejó tras de sí un saldo devastador con la muerte de más de 1.800 personas, miles de heridos y más de tres millones de evacuados. El país ha quedado destrozado y aislado.

el 14 sep 2009 / 20:13 h.

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Bangladesh sufrió toda la furia del ciclón Sidr que, con vientos de hasta 240 kilómetros por hora, dejó tras de sí un saldo devastador con la muerte de más de 1.800 personas, miles de heridos y más de tres millones de evacuados. El país ha quedado destrozado y aislado, ya que está sin agua potable, luz, teléfono ni servicios de transporte.

Bangladesh, un país por desgracia acostumbrado a sufrir huracanes, vivió una jornada de pesadilla provocada por el Sidr, que dejó a su paso por el país más de 600 muertos, miles de heridos y 3,2 millones de evacuados. Las cifras son todavía provisionales, ya que la falta de luz impidió hacer un recuento más preciso.

El huracán llegó a Bangladesh en la noche del jueves y arrasó con cuanto encontró a su paso en la línea de costa, con vientos de hasta 240 kilómetros por hora que causaron una elevación del nivel del mar de cinco metros y la destrucción de miles de casas, árboles y el tendido eléctrico.

Tras recuentos parciales preliminares, la ONU la que anunció que el Sidr ha causado cerca de 1.800 muertos y daños "extremadamente graves". La organización ha preparado ya "varios millones de dólares" de su fondo de emergencias.

Al menos unas 20.000 viviendas han quedado afectadas y alrededor de 30.000 familias han resultado damnificadas, a lo que se unen unas 150 embarcaciones pesqueras cuyo paradero se desconoce. "Debido a la falta de electricidad y las dificultades en las comunicaciones en gran parte del país, las estimaciones están en una fase preliminar", explicó el subsecretario general de la ONU para Asuntos Humanitarios, John Holmes, quien admitió que el balance final será mucho más grave. "Los peores daños los causaron las altas olas y la subida del nivel del mar, que inundó tres ciudades de la costa, que suman una población de 700.000 personas".

Bangladesh se encuentra virtualmente a oscuras y los distritos más afectados, sobre todo en la costa, continuaban sin suministro de agua potable, sistema de transporte o conexión telefónica, por lo que todo apunta a que el balance de víctimas aumentará inexorablemente las próximas horas. "Hay áreas remotas e islas a las que los equipos de rescate todavía no han podido llegar", aseguró el secretario de Gestión de Desastres, Ayub Mian.

La mayoría de los fallecidos se refugiaron en sus pequeñas casas de bambú y hojalata, insuficientes para protegerlos de los fuertes vientos. Las autoridades continúan también preocupadas por el destino de decenas de pequeñas embarcaciones que no han podido regresar a la costa.

Tras asolar el sur del país, el ciclón se desplazó hacia el centro de Bangladesh, donde está situada la capital, Dhaka y, ya convertido en tormenta tropical, se desplazó hacia las regiones indias de Tripura y Assam. El aeropuerto de Dhaka y el principal puerto del país, en la sureña ciudad de Chittagong, continuaban cerrados por los vientos, lo que dificulta aún más la tarea de las organizaciones humanitarias.

Evacuación a tiempo. "Claro que la labor no es suficiente. Hay cientos de muertos y tenemos recursos limitados", destacó un portavoz de la organización en el sur de Asia, Devinder Tak, quien se refirió después a un tremendo huracán todavía vivo en la memoria de los bangladeshíes, que causó la muerte entre 150.000 y 200.000 personas tras levantar una ola de ocho metros: "sobre el terreno nos dicen que este ciclón tenía la misma intensidad que el de 1991. Esta vez estábamos mejor preparados".

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